Juan Pablo Piccardo vuelve al ruedo: a un año y medio de su renuncia a la presidencia de Subterráneos de Buenos Aires (SBASE), el ex funcionario fue designado como titular del Comité de Cuenca del Río Reconquista, un organismo que depende del Ministerio de Infraestructura de la Provincia de Buenos Aires.
En su nueva función, Piccardo administrará un millonario presupuesto y le tocará gestionar un crédito de 287 millones de dólares del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para sanear la cuenca de ese río, la segunda más contaminada tras el Riachuelo.
Piccardo es un histórico del PRO: cercano al presidente Macri, estudió en el colegio Cardenal Newman y tuvo una carrera (no exenta de problemas) en el sector privado hasta que en 2007 fue designado como ministro de Espacio Público en el primer gabinete del actual presidente.
Su gestión en Espacio Público estuvo marcada por los casos UCEP y Zahira Morales, tras los cuales fue reubicado en Subterráneos de Buenos Aires. En su tiempo allí tampoco pasó desapercibido: tuvo la gestión más larga de la historia de la empresa (casi siete años) y se convirtió en uno de los funcionarios más cuestionados de la administración porteña.
Su presidencia terminó con causas penales por defraudación al Estado por las cuestionadas compras de trenes usados al Metro de Madrid, que volvieron a ser noticia en las últimas semanas luego de que se comprobara que algunos de esos trenes tenían componentes cancerígenos, lo que obligó a retirarlos de servicio.
En septiembre de 2016, aduciendo razones personales, Piccardo abandonó la presidencia de SBASE. Se rumoreó entonces que, sumado al desgaste propio de la gestión, un problema de salud también habría influido en la decisión. Su salida se daba por hecho desde la asunción de Horacio Rodríguez Larreta, a quien estaba enfrentado, y quien había montado en la empresa una virtual intervención de la mano del titular de Desarrollo Urbano y Transporte, Franco Moccia. De hecho, tras la renuncia de Piccardo, Moccia se transformó en el nuevo hombre fuerte del Subte e impulsó a Eduardo de Montmollin, un profesional sin experiencia previa en el Subte, como nuevo titular de la empresa estatal.
