Pese a que la línea C tiene asignados 78 coches, repartidos en trece formaciones, los gremialistas sostienen que se ha visto reducida la cantidad de trenes en servicio y que, debido a la falta de material rodante, se han reducido al mínimo los tiempos de espera en las cabeceras, siendo despachados rápidamente, denuncian los Metrodelegados. Esto implica que una menor cantidad de trenes brinda un mayor número de servicios diarios.
Debido al menor número de trenes circulando, el hacinamiento en las formaciones aumenta y redunda en una mala experiencia de viaje para los usuarios.
Pero además, trae complicaciones al servicio: según los delegados, ante la sobreacumulación de pasajeros en la zona de puertas el piso de los Nagoya, de madera recubierta con alfombra de goma, tiende a hundirse, provocando que el riel de las puertas también ceda.
Es por esta razón que en las horas pico es común que las puertas de los Nagoya no puedan cerrar y se vean obligados a continuar servicio con las puertas abiertas, tal como reveló este medio meses atrás. Los guardas y conductores toman tal determinación debido a que si cancelan el tren pueden ser víctimas de agresiones de pasajeros, molestos con las malas condiciones de viaje y las constantes demoras.
Desde el gremio adelantaron que pedirán a Metrovías la puesta en marcha de un plan de refuerzo de formaciones hasta que los Nagoya que están fuera de servicio sean reparados. Caso contrario, adelantaron, irían al paro esta misma semana.
Cabe destacar que recientemente, un tren ha retornado de reparación general y que otro está en mantenimiento profundo en este momento. SBASE ha anunciado recientemente que actualizará toda esta flota para el segundo trimestre de 2016.
