Después de realizar algunas menciones a su agenda de transporte en el debate realizado la semana pasada, el candidato del Frente de Todos a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad, Matías Lammens, profundizó en sus propuestars de campaña en una entrevista realizada este miércoles con Alejandro Bercovich en Pasaron Cosas (Radio Con Vos).
En primer lugar, Lammens ratificó la propuesta de comenzar en el corto plazo con las obras de construcción de la línea F de Barracas a Plaza Italia, un recorrido alineado con los últimos planes de Subterráneos de Buenos Aires (SBASE). A diferencia de la versión de Horacio Rodríguez Larreta, el postulante del Frente de Todos sumó la posibilidad de en una fase posterior la línea continúe desde Barracas hasta Avellaneda. La extensión del Subte al conurbano bonaerense está planeada desde mediados del siglo pasado y prevista en los estatutos de SBASE, pero desde que en 1979 la última dictadura transfirió el Subte al ámbito municipal se ha visto muy dificultada cualquier concepción metropolitana de la red de transporte.
Cabe recordar que Rodríguez Larreta, en campaña por su reelección, también coincide en la necesidad de la línea F, aunque el inicio de las obras aparece más borroso: el compromiso es el de realizar los estudios técnicos que permitirían su eventual construcción. En la entrevista, Lammens de hecho elogió varias obras y medidas del PRO en materia de transporte, pero cuestionó la priorización de proyectos viales por sobre soluciones de movilidad: “Uno cuando gobierna y cuando decide qué obra pública va a hacer deja en claro cuáles son sus prioridades”.
En concreto, el candidato del Frente de Todos comparó el similar costo del Paseo del Bajo (670 millones de dólares) con el que tendrían los trabajos de la línea F (880 millones de dólares a un costo promedio de 80 millones por kilómetro) para enfatizar que hubiera priorizado la construcción del Subte antes de encarar el Paseo del Bajo. “Las grandes obras del PRO son obras que tienen que ver con ordenar el tránsito y con el transporte de carga, no son obras que tienen que ver con cambiar la calidad de vida de la gente”, concluyó.
En ese mismo sentido, calificó al Metrobus como “una solución provisoria, que mientras tanto ordena el tránsito”, pero inconveniente en el largo plazo por no ser sustentable en términos ambientales y convertirse en un tapón para otras obras más necesarias: “La verdadera solución de las grandes urbes va por abajo“. En ese sentido volvió a recordar, como había dicho en el debate, que “es la primera vez en 15 años que están paradas las obras de Subte” –en rigor es la primera vez en cerca de 50 años que eso ocurre– y comparó la situación de Buenos Aires con otras ciudades de la región: “Los porteños tenemos esa cosa aspiracional de decir ‘Bueno, en París, en Berlín…’ y no, en Santiago de Chile hicieron más kilómetros de subte que nosotros”.
Además de plantear el Subte como una prioridad, Lammens dio algunas precisiones sobre la propuesta de un tranvía que había deslizado en el último bloque del debate televisivo: “Yo creo que lo primero que hay que hacer es comunicar a la ciudad con Aeroparque y con Ciudad Universitaria. Hoy son muy malas las conexiones, es muy difícil, tenés que ir en alguna línea de colectivos, que son pocas. Nosotros pensamos en un tranvía, que es de bajo costo, que existe en otros lados del mundo, que haga el recorrido de Plaza Italia a Ciudad Universitaria pasando por Aeroparque, es algo de bajo impacto y de rápida implementación”.
Hace unos años, en el marco de los proyectos para justificar el desvío de la línea H hacia la Villa 31 –cancelando en la práctica su llegada a Retiro–, las actuales autoridades de SBASE también habían evaluado la posibilidad de llegar al Aeroparque con transporte ferroviario, aunque en ese caso se trataba de una hipotética ramificación de la línea H. Otra iniciativa fue la construcción de la estación Aeroparque de la línea Belgrano Norte, durante la gestión de Florencio Randazzo, aunque la objeción de la empresa estatal porteña AUSA llevó a la paralización del proyecto cuando ya estaba en pleno proceso. La versión de Lammens, un tranvía que seguiría el recorrido de la línea 37 de colectivos, se parece a su vez a un experimento de Subterráneos de Buenos Aires en los años 80: el Subte Bus, que unía Palermo con Ciudad Universitaria. El boicot de las líneas de colectivos hizo inviable su continuidad o su eventual conversión en una línea de premetro.
Los periodistas consultaron por último a Lammens sobre la continuidad de la concesionaria Metrovías –actualmente está en curso un proceso de licitación para volver a privatizar la operación del Subte por 15 años–. El candidato eludió responder directamente para referirse en cambio a la investigación de CNN en Español –pocos medios generalistas locales se habían hecho eco antes– que reveló que los gobiernos de Macri y Rodríguez Larreta estaban al tanto de que los trenes que compraron usados a Metro de Madrid estaban contaminados con asbesto.
“Más allá de la concesión a Metrovías, lo primero que haría yo –no sé si hay algún fiscal escuchando– es investigar quién compró los vagones, porque si vos mirás el diario El País del 2011, dice que el Metro de Madrid no lo puede creer porque vendió chatarra por 4 millones de euros”, dijo el candidato del panperonismo. “Después vería tranquilo la concesión de Metrovías, pero primero iría a investigar a los que los compraron, porque los comparon sabiendo esto, en el informe está”, siguió.
En esa línea, denunció la situación de la línea B y la falta de un plan para eliminar los componentes con asbesto por parte del Gobierno de la Ciudad: “La línea B hoy tiene asbesto. Hay 11 trabajadores con problemas de pleura que puede derivar en cáncer y no hay ningún plan de remoción inmediata”. En ese sentido mencionó que existen también denuncias sobre contaminación con asbesto en las líneas C y E. “350.000 personas viajan por día en la línea B, cuando nosotros hablamos de cuidar a las personas hablamos de eso“, cerró.