El Metro de Santiago dio a conocer el diseño de los nuevos trenes que circularán en la futura línea 7 de la capital chilena, actualmente en construcción.
La fabricación de los trenes había sido licitada a fines de 2020 y fue adjudicada en diciembre del año pasado a favor de Alstom, quien venció en la compulsa a CAF-Thales y Hitachi-CRRC.
Los coches serán fabricados en la planta que la empresa francesa posee en San Pablo, Brasil, y serán enviados a Chile por tierra, por lo que se descuenta que los trenes pasarán por territorio argentino.
El contrato abarca la construcción de 37 trenes de cinco coches cada uno (un total de 185 coches), de 2,85 metros de ancho. Cada formación tendrá 102 metros de largo y una capacidad de 1250 pasajeros. A su vez, el contrato incluye el mantenimiento de la flota por un plazo de 20 años.
Las unidades contarán con aire acondicionado, espacios para personas con movilidad reducida, cámaras de seguridad internas y externas, pantallas de información variable al usuario, indicadores de estaciones e intercomunicadores, además de puertas de evacuación frontal.
Los nuevos trenes de la línea 7 serán de conducción automática y estarán preparadas para operar en GoA 4, el máximo grado de automatización (sin conducción humana). A su vez, contarán con sistema CBTC (Communications-Based Train Control). Se trata de una modalidad de operación en la que el Metro de Santiago ya tiene experiencia: las líneas 3 y 6 funcionan con la misma tecnología.
Comenzó la etapa de excavación de la nueva línea 7 del Metro de Santiago
Cómo será la futura línea 7
La línea 7 cruzará la ciudad de oeste a este, uniendo Renca y Vitacura. Tendrá 26 kilómetros de extensión y 19 estaciones, ofreciendo combinaciones con las líneas 1, 2, 3, 5 y 6. Su construcción fue anunciada a mediados de 2017, aunque su trazado fue ligeramente modificado con posterioridad, quedando finalmente autorizada a mediados del año pasado.
Las obras tuvieron sus primeros pasos de importancia en febrero con la inauguración de la fábrica de dovelas de hormigón, encargada de producir las piezas que serán instaladas por la máquina tuneladora (TBM) a medida que esta vaya avanzando -se trata de la primera vez que se utiliza una máquina de este tipo para obras del Metro: hasta ahora, todas las líneas se habían construido con el método tradicional-. En octubre, en tanto, se inició la etapa de excavación.
Al mismo tiempo que aliviará la línea 1 -la más utilizada, en un objetivo compartido con la ya inaugurada línea 6-, la línea 7 llegará a tres localidades de la capital chilena que no contaban con estaciones de Metro (Renca, Cerro Navia y Vitacura), ampliando la cobertura de la red. El tiempo de viaje entre cabeceras será de 37 minutos, una reducción del 49% respecto de lo que demanda el mismo viaje en la actualidad en bus.
La línea 7, a su vez, tendrá combinaciones con las líneas 1, 2, 3, 5 y 6 y con la futura línea de Metrotren a Batuco.
Cabe recordar que la línea 7 no es la única obra de extensión en marcha del Metro de Santiago. Actualmente se está trabajando en las ampliaciones de las líneas 2 (cuatro nuevas estaciones) y 3 (tres nuevas estaciones), que presentan altos porcentajes de avance, y se lanzó el proyecto para la prolongación de la línea 6 (una estación), para su combinación con una nueva línea de tren suburbano.
A su vez, también se están realizando estudios para las futuras líneas 8 y 9, de 19 y 17 km de extensión, respectivamente.
La multiplicidad de obras y proyectos a futuro del Metro de Santiago -que superará los 200 km de extensión para 2030- contrasta fuertemente con el Subte de Buenos Aires, de apenas 57 km. La red porteña no tiene presupuesto previsto para extensión de la red para el próximo año, ninguna nueva estación en obra –situación que se da por primera vez en medio siglo, a pesar de que algunos proyectos están licitados desde hace más de una década– ni plazo alguno para la construcción de las líneas F, G e I, cuyas trazas fueron aprobadas hace 20 años.
