enelSubte: ¿En qué estado se encuentra la Auditoría de la Ciudad actualmente?
Mariela Coletta (MC): Los proyectos que se eligen son cada vez más chicos y con menos representatividad y relevancia. Más del 90% del presupuesto de la auditoría se destina a salarios y gastos corrientes, lo reduce a un 10% el presupuesto en términos reales, limitándonos mucho la tarea de control. A esto se le suman los obstáculos que impone el Gobierno de la Ciudad cuando tratamos de auditarlo. Nos ofrecen un acceso como auditores al sistema de expedientes electrónicos pero nos limitan los accesos a ciertos expedientes. En las visitas con nuestros auditores a distintas áreas de gobierno, nos reprograman las reuniones, nos retacean información, no nos entregan todo lo que pedimos, cuando antes no era así. Es como si la Ciudad estuviera blindada para ser auditada.
eeS: ¿Qué proyectos de auditoría se vieron afectados este año?
MC: Las obras y servicios de mayor envergadura e importancia para la Ciudad, como lo son por ejemplo el Paseo del Bajo, que es la obra más costosa de los últimos 20 años de la Ciudad, y el Subte, no han sido incluidos en el proyecto de auditoría 2019, por eso es la primera vez desde que soy auditora por Evolución que voto en contra.
eeS: Entonces, el resto de los auditores avalaron no auditar el Subte ni el Paseo del Bajo…
MC: Salvo Facundo Del Gaiso, que si bien votó a favor lo hizo con objeción particular a que no se hayan incorporado esas dos cuestiones en el proyecto 2019. El caso del Subte es realmente sorprendente, porque la Auditoría siempre ha auditado el Subte en sus distintas aristas. Desde compra de trenes hasta la tarifa técnica, de alguna u otra forma la Auditoría siempre elaboró informes enfocados al Subte. Esta es la segunda vez que el Subte no se incorpora como prioridad, justo en un año donde se debate la reconcesión del servicio y donde hay tantas quejas de los usuarios, como es el caso de la línea E.
Indigna encontrarse con estas noticias mientras que al mismo tiempo en la Auditoría fue denegada la posibilidad de auditar durante 2018 y 2019 las líneas de subte. https://t.co/dLyK8wPd6V
— Mariela Coletta (@marielacoletta) October 25, 2018
eeS: ¿Cuál o cuáles son los temas que usted quería incorporar al proyecto de auditoría de Subte?
MC: Mi prioridad fue incorporar la tarifa técnica, las líneas C y E y la licitación de la concesión. Nos negaron todo. Tratamos, luego al menos, de auditar las líneas A y D. También se nos rechazó. Contrariamente a eso, el oficialismo incorporó como tema a auditar el paseo Obelisco, que son esos dos pasillos que pasan por debajo de la 9 de Julio, como para decir “auditamos el Subte”, pero es una obra irrisoria e irrelevante, lo cual no es parte de lo que nos importa. No nos dan argumentos cuando preguntamos por qué no quieren auditar el Subte. El problema es que todo esto se da en un contexto donde por primera vez, tras la coalición Vamos Juntos, el oficialismo tiene mayoría automática también entre el cuerpo de auditores. Igual que en la Legislatura, donde ya tienen mayoría simple y nada se debate.
eeS: ¿Por qué piensa usted que no quieren auditar el Subte?
MC: A nadie le gusta ser auditado, sobre todo cuando van apareciendo cosas como contrataciones a una astróloga para cursos de coaching para 30 funcionarios con test online. Cosas así aparecen todo el tiempo.
Yo creo que en el Subte, todos los informes son duros. Todos hablan de falta de mantenimiento, seguridad, funcionamiento, control. El informe que queríamos hacer este año iba a marcar todo eso, pero no quisieron. Nos enteramos más por los usuarios que por auditar. Es como un fantasma que no debería existir.
eeS: El otro tema que usted mencionó como importante que quedó fuera del proyecto es el Paseo del Bajo. ¿Por qué cree usted que no quieren auditar una obra que, tal como señaló, es la más importante en la Ciudad en 20 años?
MC: El Paseo del Bajo tiene un montón de aristas, además de lo que son los tres tramos gruesos de la obra, tiene un montón de obras complementarias. En la gran mayoría hay irregularidades en lo que fue el proceso de licitación, en cuanto a los procesos administrativos. Desde menciones al Código Civil anterior que ya no está vigente en adelante, imaginate.
Lo más escandaloso es lo que sucedió con la licitación y adjudicación. El más caro iba a ser el tramo C, después el B y después el A, y estaba pensado que la licitación sea en ese orden precisamente para que la oferta más barata sea sobre el tramo más caro. A último momento se resuelve cambiar eso mediante una circular y abrir primero el tramo A. Cuando se abre el tramo A estaban presentadas las empresas en todos los tramos, pero solamente te pueden asignar uno de los tres. Al cambiar el orden de apertura, termina ganando el más barato Corvian, para que el más caro lo termine ganando IECSA. Encima las B y la C se abren al mismo tiempo, algo que tampoco estaba pactado. Se movieron todas las fechas, se cambiaron los lugares de apertura de sobres que no coincidían con lo que decían los pliegos, sin cumplir con los funcionarios que debían ser quienes abran los sobres de la comisión evaluadora. Una cantidad de desprolijidades enormes que lo dice el informe aprobado por unanimidad en el colegio de auditores, y teniendo en cuenta que es la obra más cara de la Ciudad, resulta importantísimo ser auditada, y no se la incluyó. La Procuración de la Ciudad también avisó de estos problemas.
eeS: ¿Qué respuesta dan desde el gobierno?
MC: El descargo fue muy suave, como que lo tomarán en cuenta para el próximo ejercicio de auditoría para el 2020. Si bien la obra se hizo en un 70% con un dólar alrededor de 20, sin redeterminaciones ni actualizaciones ya habla de una obra cuyo monto total equivale tal vez a dos líneas de subte enteras.