Las formaciones Nagoya 5000, apartadas de servicio desde más de dos años por causa del asbesto, volverán a circular en breve en la línea C.
Actualmente se están realizando tareas de desasbestización de la flota. Según pudo saber enelSubte, ya se completaron los trabajos en la primera formación (letra “P”) y se está comenzando a intervenir la formación “Q”.
Los trabajos de remoción de las piezas con asbesto se están llevando a cabo en el Taller Lacarra de la línea E, y están a cargo de la firma especializada Borg Argentina. La obra se realiza en un sector especialmente acondicionado del taller (“burbuja”), que cuenta con aislación de polietileno y atmósfera deprimida para evitar el escape de partículas. La “burbuja” había sido montada meses atrás para la descontaminación de las formaciones Fiat Materfer, tal como explicó entonces este medio.
Según explicaron voceros de Subterráneos de Buenos Aires (SBASE) a este medio, “está previsto que [las formaciones Nagoya 5000] vuelvan a servicio” en la línea C. “Para eso ya está programado comenzar con las revisiones generales este año“, detallaron.
Los trenes Nagoya 5000 se encuentran apartados de servicio desde fines de 2019, luego de que se conociera que poseían piezas con gran cantidad de asbesto de la variedad crisotilo en la cabina de conducción y en el salón de pasajeros, en piezas tales como apagachispas, placas de apagachispas y aislaciones de frenos, entre otras.
El hallazgo del material cancerígeno generó entonces una polémica entre SBASE y la trader japonesa Marubeni. Esta última, proveedora de los trenes, aseguró haber informado a SBASE que los trenes contenían asbesto, aunque sin revelar a la prensa documentación que lo respaldara. SBASE, por su parte, negó esto, y dio a conocer un documento ampliatorio de una declaración jurada donde, contradictoriamente, Marubeni certifica que los coches “cumplen con las normas de seguridad y medio ambiente vigente”.
La cuestión no es menor, ya que los trenes fueron adquiridos en 2013 e ingresaron al país en 2015, mucho después de que la importación de asbesto fuera prohibida en la Argentina (2001).
Marubeni dice que advirtió a la Ciudad de que los Nagoya 5000 tenían asbesto
La compra de los Nagoya 5000
El proceso de compra de los Nagoya 5000 comenzó en 2013, cuando la Ciudad lanzó una convocatoria “a medida” para adquirir 18 coches usados (tres trenes) y reforzar la flota de la línea C. A esa compulsa se presentaron dos traders japonesas, Yashima & Co. y Marubeni, resultando elegida esta última, que ofertó los 18 coches solicitados y 12 adicionales más por un total de 16,7 millones de dólares (556 mil dólares por coche).
Antes de ser enviados a la Argentina, los trenes fueron intervenidos por Osaka Rolling Stock Industries para realizarles obras de reconversión de su parte eléctrica -en Japón operaban con tercer riel y 600 V de tensión- a catenaria y pantógrafo (1500 V). Se les colocaron frenos provistos por Nabtesco y equipamiento eléctrico de Toyo Electric. Aunque modernizados en este aspecto, se trata de trenes que datan de la década de 1980. Las unidades que no fueron vendidas al Subte fueron retiradas de servicio en Japón el 30 de agosto de 2015 y chatarreadas.
La antigüedad de las formaciones había sido objeto de una polémica política años atrás, cuando la entonces presidenta Cristina Kirchner había dicho -en alusión a los Nagoya y en un dardo dirigido a Mauricio Macri- “algunos se la dan de modernos pero mirá lo que compran para los porteños”. Cabe recordar que el segundo embarque de los Nagoya arribó al país en el mismo barco en el que fueron trasladados los primeros trenes CSR cero kilómetro para la línea Roca.
Luego, Rodríguez Larreta había salido a negar que los trenes fueran modelo 1980, pero acabó siendo desmentido por el entonces titular de SBASE, Juan Pablo Piccardo, quien aseguró que ese dato era correcto y defendió la compra de material rodante usado ya que los trenes habían sido modernizados antes de su envío a la Argentina.
Meses más tarde, y en plena campaña para la segunda vuelta de las elecciones de 2015, la Ciudad había denunciado que la Nación mantenía arbitrariamente retenidos en la Aduana los 30 coches adquiridos, pero enelSubte reveló que para ese entonces sólo seis coches estaban en el puerto, mientras que los restantes 24 ya estaban en poder del Subte y se repartían entre el Taller Polvorín y el Depósito Magaldi.
Los Nagoya 5000 en servicio
El primer tren Nagoya 5000 comenzó a circular en la línea C en diciembre de 2015, tres años después de haberse anunciado su compra y casi un año después del arribo del primer embarque (enero de 2015).
De las cinco formaciones adquiridas, sólo cuatro (letras N, O, P y Q) fueron puestas en funcionamiento, integrándose a la línea C en el transcurso de 2016. La quinta, identificada con la letra “R”, jamás ingresó a servicio a pesar de encontrarse en orden de marcha al igual que el resto.
Una de las cuatro formaciones operativas (la “O”) sufrió un accidente en agosto de 2019: estando detenida, fue chocada por una formación CAF-GEE de la línea E que realizaba maniobras operativas, sufriendo algunos daños menores.
Los restantes tres trenes funcionaron sin mayores inconvenientes hasta fines de 2019, cuando fueron apartados de servicio preventivamente por causa del asbesto, conviviendo primero con los Nagoya 250/300/1200 -completamente retirados en septiembre de 2019- y luego con los CNR (“Serie 200”).
Cómo quedará la flota de la línea C
Actualmente, la flota de la línea C se compone únicamente de nueve trenes CNR. Esta cantidad, si bien suficiente en el actual contexto de caída de la cantidad de pasajeros del Subte por el contexto de la pandemia, no lo será una vez que la demanda de la red vuelva a sus niveles habituales.
Es por esa razón que SBASE busca apurar la reincorporación de las cuatro formaciones Nagoya 5000. De esta manera, la línea C volvería a tener una dotación de 13 formaciones, la misma cantidad de trenes que tenía cuando era servida exclusivamente por los Nagoya 250/300/1200.
Hasta fines de 2019 el máximo de trenes que circulaban en simultáneo en la línea era de diez. Pero desde febrero de 2020 la línea C cuenta con señalamiento CBTC, que permite reducir la distancia de seguridad entre formaciones a un mínimo de 30 metros entre sí. Esto habilita la posibilidad de incrementar la cantidad de trenes que circulan en simultáneo, reduciendo de los tiempos de espera. Se trata de una cuestión clave, ya que se estima que por el impacto de la llegada de la línea Belgrano Sur a Plaza Constitución, la línea C deberá lidiar con un caudal de público mayor al actual.
Reabrió la línea C, que ya opera con el nuevo señalamiento CBTC