La Empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE) de Chile inauguró hoy el servicio de trenes rápidos entre Santiago y Chillán. El viaje inaugural contó con la presencia del presidente Gabriel Boric.
En enero, se había inaugurado el tramo hasta Curicó, luego se extendió hasta Talca y finalmente se concretó la conexión hasta Chillán, como originalmente estaba previsto. Esto fue posible luego de finalizarse trabajos de infraestructura tras afectaciones por inundaciones.
El servicio se presta con modernas formaciones fabricadas por CRRC, que tienen una capacidad de 236 pasajeros sentados y una velocidad máxima de 160 km/h. Además, cuentan con comodidades como puertas de acceso a nivel, espacios para sillas de rueda para personas con movilidad reducida, baños accesibles, cafetería a bordo, conexión Wi-Fi y enchufes USB. La entrega del total de la flota se concretó a mediados del año pasado.
Cabe destacar que se trata de trenes bimodales, es decir, capaces de circular con alimentación eléctrica de 3000 V –tal la tensión utilizada en Chile– o diésel en el caso de un eventual corte de energía, con una autonomía de 1000 km.
Las altas velocidades de circulación permitidas por estos trenes llevaron a catalogar el servicio como el tren más rápido de Sudamérica. El objetivo de la empresa estatal es llegar a una duración de 3 horas 40 minutos entre cabeceras.
Ferrocarriles del Estado de Chile lanza los trenes más rápidos de Sudamérica
La incorporación se embarca en un ambicioso proyecto de modernización de los servicios de larga distancia del país vecino que incluye la automatización de 74 pasos a nivel, el confinamiento de la vía, la remodelación de 12 estaciones y la construcción de 150 desvíos de vía, entre otras obras
En este sentido, desde el Ministerio de Transporte chileno se prevé incorporar durante el transcurso de este año un servicio nuevo entre Curicó y Linares parando en todas las estaciones intermedias, lo que permitirá contar no sólo con trenes rápidos sino con servicios locales con más paradas.
Chile hace una fuerte apuesta a su sistema ferroviario. Además de la sección de larga distancia, se encuentra en expansión la red de Metro de Santiago, que busca extender la línea 6 unos 3 kilómetros aproximadamente. Cabe notar que en Chile la operación ferroviaria de pasajeros es realizada por el Estado y las inversiones en infraestructura se afrontan según el modelo de obra pública tradicional, a diferencia de versiones sobre la “obra pública a la chilena” (PPP), un esquema que incluso en el país trasandino sólo resulta aplicable a proyectos puntuales.
Uruguay, por su parte, recientemente inauguró una importante línea de carga desde Tacuarembó hasta el Puerto de Montevideo. En este caso, el Estado renovó la infraestructura de vías, sobre la que –en principio, y sin cerrarse a nuevos servicios– circularán trenes de carga operados por UPM, una de las principales pasteras instaladas en el Uruguay.
A contramano de lo que sucede en la región, en la Argentina están paralizados todos los proyectos ferroviarios, incluidos los que cuentan con financiamiento internacional. Al gobierno de Javier Milei no se le conoce ninguna otra iniciativa para el sistema ferroviario por fuera de la reducción de costos, despidos y la voluntad de privatizar todo cuanto sea posible, sin que se haya plasmado en cinco meses de gobierno ninguna visión sobre el futuro del ferrocarril en la Argentina ni menos certeza sobre la continuidad de las inversiones necesarias en infraestructura y renovación de material rodante.
