Después de un paro histórico de ferrocarriles, impulsado por el Sindicato de Maquinistas Alemanes (GDL), que paralizó el transporte de pasajeros y cargas a lo largo de todo el país durante seis días, la principal potencia europea se enfrenta a la huelga de del transporte local en sus principales ciudades. El sindicato del sector de servicios ver.di convocó para este viernes un paro total de actividades que afectará a las redes de metro, tranvías y buses en prácticamente toda Alemania (con excepción de la región de Baviera).
La medida, que involucra a unos 90.000 empleados de más de 130 empresas municipales de transporte, busca en términos generales obtener una mejora en las condiciones de trabajo, aumento de derecho a vacaciones, la reducción de la jornada laboral semanal y un incremento salarial. Sin embargo, las reclamaciones varían dependiendo de la región.
Según expresó la vicepresidenta de ver.di, Christine Behle, la decisión de paralizar el transporte público se tomó después de haber celebrado negociaciones colectivas en todos los estados federados sin haber obtenido resultados. Según el diagnóstico del sindicato, los trabajadores del sector están recibiendo mucha presión por una escasez dramática de empleados en el transporte público. ver.di es el segundo sindicato más grande de Alemania después del metalúrgico IG Metall, con más de 2,1 millones de afiliados.
La huelga de los servicios de transporte local se suma a una semana donde el Sindicato de Maquinistas Alemanes (GDL) paralizó completamente la extensa red ferroviaria del país en el que fue el paro más prolongado en la historia alemana. El GDL, con alrededor de 40.000 afiliados, realizó la medida en protesta por sus condiciones laborales y salariales ante el operador estatal Deutsche Bahn (DB).
Entre las reclamaciones de los maquinistas alemanes, se destacan la reducción de la jornada laboral de 38 a 35 horas semanales y un aumento salarial en torno al 18% para los salarios básicos.
La medida impactó en la gran mayoría de los trenes de pasajeros de corta y larga distancia, así como los trenes de carga, afectando a unos 7,3 millones de pasajeros que usan diariamente los servicios de DB. Así mismo, ciudades como Hamburgo, Stuttgart y Berlín experimentaron una fuerte congestión en autopistas y calles a causa de los usuarios que reemplazaron el tren por su automóvil particular.
Mientras tanto, en Francia la CGT realizó este lunes un preaviso de huelga para la RATP a partir del 5 de febrero y con capacidad de extenderse hasta el 9 de septiembre. La RATP es la empresa de transporte público parisino, de propiedad estatal, y responsable de la mayor parte del transporte local en la capital francesa (Metro, buses, tranvías, etc).
El preaviso de huelga es simplemente una formalidad que impone la ley francesa, pero augura un año de gran conflictividad para el sistema de transporte de la región de Île-de-France. Especialmente considerando que dentro de este período de siete meses tendrán lugar los Juegos Olímpicos y los Juegos Paraolímpicos para los que París se viene preparando hace años.
La medida tomada por el sindicato CGT-RATP comprende todas las ramas del servicio, en todas las categorías, y tiene como principal reclamo la búsqueda de una mejora salarial, una indexación del salario a la inflación y una reducción de la jornada laboral a 32 horas semanales.
El aumento de la conflictividad entre los sindicatos de transporte y las empresas públicas y privadas de transporte se da en un contexto de deterioro del poder adquisitivo que viene sufriendo Europa, con una inflación acelerada por la guerra de Ucrania y el aumento generalizado de la energía como principales responsables.
