El presidente de Ferrocarriles Argentinos, Martín Ferreiro, presentó este viernes al directorio de la empresa su renuncia al cargo, que ocupaba desde principios de 2019. Ferreiro continuará formalmente como presidente hasta que, en una nueva reunión de directorio que se realizaría a la brevedad, se defina un nuevo responsable. Según pudo saber este medio, el Ministerio de Transporte analiza opciones para la futura conducción de la empresa.
Ferrocarriles Argentinos S.E. fue recreada en 2015 por ley 27.132 con el objetivo de reunificar bajo una misma conducción –y recuperando la denominación histórica– a las distintas sociedades ferroviarias que el Estado había ido acumulando desde el resquebrajamiento de la privatización: la operadora de pasajeros SOFSE, la gestora de infraestructura ADIF y la operadora de cargas BCyLSA. Estas habrían de transformarse en subsidiarias especializadas, aunque compartiendo identidad con la empresa madre –e invisibles de cara el usuario–, imitando la organización interna de conglomerados ferroviarios europeos como la DB o la SNCF en distintas unidades de negocio. Tras la sanción de la ley se avanzó en esto, con la integración del primer directorio del holding y la instalación de la marca Ferrocarriles Argentinos.
Sin embargo, tras la llegada de Cambiemos se deshizo este camino: la gestión de Guillermo Dietrich mantuvo a la empresa madre paralizada durante cuatro años. Cada subsidiaria se manejó en forma independiente, lo que dio lugar a distintos episodios de descoordinación y solapamiento de competencias. El nulo funcionamiento de Ferrocarriles Argentinos fue observado en respectivos informes de todos los organismos de control: la CNRT, la SIGEN y la Auditoría General de la Nación.
Tras el cambio de gobierno, se mantuvo inicialmente la dinámica heredada del macrismo, incluso conservando como titular de Ferrocarriles Argentinos –puesto nominal, dado que la empresa no tenía ningún funcionamiento efectivo– al propio Martín Ferreiro, un abogado asesor del Ministerio de Transporte que había sido designado por Dietrich.
Sin embargo, tras conocerse informes críticos de organismos de control, y ante la evidencia de distintas desinteligencias entre SOFSE, ADIF y BCyLSA, el entonces ministro Meoni dispuso relanzar Ferrocarriles Argentinos en marzo de este año, aunque manteniendo a Ferreiro como presidente.
Hasta el momento, sin embargo, el relanzamiento de Ferrocarriles Argentinos no se ha traducido en una integración de las distintas empresas, que incluso mantienen todavía la marca de fantasía “Trenes Argentinos”, cual si Ferrocarriles y Trenes fueran entidades distintas. La continuidad de Ferreiro, inicialmente concebida como una forma de que la coordinación de las subsidiarias fuera “técnica” y no fuera leída como una maniobra de supervisión política de sus titulares, generó un efecto contrario al buscado y acabó quitando volumen a Ferrocarriles Argentinos.
Precisamente, la falta de una conducción política impidió hasta ahora que Ferrocarriles Argentinos S.E. funcione como cabeza de un holding integrado, limitándose a la organización de mesas de diálogo con escasa trascendencia. Las subsidiarias se siguen manejando en forma autónoma y hasta la comunicación de “FASE” se limita simplemente a reproducir sus publicaciones.
Hace pocas semanas Martín Marinucci, hasta entonces titular de la SOFSE (“Trenes Argentinos Operaciones”), sumó además la presidencia de la ADIF (“Trenes Argentinos Infraestructura”), cuyo anterior titular había sido el hoy ministro de Transporte Alexis Guerrera. La decisión se basó en la necesidad de funcionamiento coordinado de ambas empresas, hecho que no hace sino poner de relieve la importancia de que Ferrocarriles Argentinos funcione como un solo grupo. La acumulación de cargos “en horizontal”, en todo caso, remarca la necesidad de integración vertical.
Queda pendiente de resolución la designación de un titular definitivo en Ferrocarriles Argentinos –circularon algunos nombres en las últimas semanas, por ahora descartados–. Por lo pronto, la salida de Ferreiro indica que las actuales autoridades de Transporte consideran relevante que la empresa cuente con un nuevo titular. Resta por verse si esto se transformará en una conducción política unificada del sistema ferroviario que retome el consenso de la ley 27.132.