La electrificación de la línea San Martín entre Retiro y Pilar comenzará una vez que terminen el viaducto, lo que está previsto para agosto próximo.
La obra, sin embargo, todavía no se encuentra adjudicada. Según explicaron voceros del Ministerio de Transporte de la Nación a enelSubte, aún se están “evaluando las ofertas” de los cinco consorcios que se presentaron a la licitación en julio del año pasado.
Pese a los vaivenes económicos del país, que llevaron a la virtual suspensión de obras financiadas bajo el esquema PPP, como la RER o el tren a Vaca Muerta, la ejecución de la electrificación del San Martín está más que asegurada, ya que cuenta con financiamiento asegurado del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El organismo aportó un crédito de 400 millones de dólares (aprobado en agosto de 2017), mientras que el Tesoro nacional aportará los 122 millones restantes.
El proyecto a ejecutar comprende la electrificación integral de la línea de Retiro a Pilar con catenaria aérea flexible a 25 kV -la misma tecnología empleada en la línea Roca-, la construcción de una subestación para abastecer a la línea en cercanías de la estación William Morris, una zona que cuenta con condiciones favorables para su emplazamiento, la construcción de un depósito y taller de mantenimiento en la playa de Alianza (Santos Lugares) y la renovación de vías y aparatos de vía en toda la traza, con la obvia excepción del tramo del viaducto Palermo – Paternal. También se contemplan obras de señalamiento ATS y comunicaciones, además de la reforma de la estación terminal Pilar, que funcionará como cabecera de los servicios diésel a Cabred.
El material rodante que servirá a la nueva línea San Martín electrificada es aún una incógnita, ya que saldrá de la licitación para la compra de 70 trenes eléctricos a la que en diciembre pasado se presentaron Alstom, la rusa TMH y una empresa argentina en representación de una compañía extranjera. Según aseguraron desde Transporte a este medio, esta contratación también está “en evaluación de ofertas”.
Las autoridades estiman que, una vez terminada, el servicio electrificado permitirá ahorrar 22 minutos de viaje entre cabeceras y se brindará una frecuencia de nueve minutos.
Una de las particularidades de la electrificación es que se realizará bajo la metodología “llave en mano”, lo que significa que el consorcio que gane la licitación se encargará de todos los contratos parciales. La decisión se tomó luego de la experiencia negativa del BID con la obra de electrificación del Roca a La Plata, donde se hicieron contrataciones separadas por cada especialidad, lo que acabó estirando los plazos de ejecución muy por encima de lo originalmente previsto. Otra ventaja con respecto a la obra del Roca es que en el San Martín no deberá realizarse elevación de andenes ni construcción de estructuras provisorias.
Cabe recordar que la electrificación de la línea San Martín es un proyecto de larga data, cuyos primeros antecedentes pueden encontrarse en la época previa a la nacionalización de los ferrocarriles. En los años 80 hubo un serio intento de avanzar con la obra, con la firma de un contrato con la Unión Soviética, pero finalmente fracasó. En los años 90, en tanto, buscó atarse la electrificación con la concesión de la línea. Sin embargo, el fracaso de la gestión privada (el San Martín, recuérdese, fue el primer contrato en ser rescindido) impidió avanzar en este sentido. No fue sino hasta 2015 que el Estado retomó el proyecto y comenzaron las negociaciones con el BID para realizar la tan esperada y necesaria electrificación del San Martín.