Subterráneos de Buenos Aires (SBASE) adjudicó formalmente la compra de colectivos eléctricos para las anunciadas nuevas líneas de “Trambús”.
Tal como había anticipado enelSubte días atrás, la totalidad de la licitación quedó en manos de Megacar, representante oficial de Agrale en la Argentina y vinculada al Grupo DOTA. La decisión formalizó la desestimación de la oferta de la española Irizar E-Mobility, que había sido seleccionada inicialmente para la provisión de parte de los coches.
La empresa ya había tenido a su cargo la provisión de los minibuses eléctricos que circulan en el Microcentro, conocidos como “e-Bus”. En este caso, sin embargo, se trata de unidades fabricadas en China que se comercializan bajo la denominación Agrale.
De esta manera, el concesionario vinculado a DOTA será el encargado de proveer a la Ciudad 40 buses eléctricos rígidos, 15 buses eléctricos articulados y 28 cargadores para estos vehículos. Según pudo saber este medio, las unidades serían carrozadas por Todobus de acuerdo a su nuevo modelo “Lugano”, sobre chasis Agrale MT17e (rígidos) y MT27e (articulados).
Cabe recordar que la licitación había sido lanzada en octubre del año pasado, y originalmente contemplaba la adquisición de 74 colectivos eléctricos (59 rígidos y 15 articulados) y 60 cargadores, cantidad que fue luego recortada.
Se estima que en los próximos días, la presidencia de SBASE firmará el contrato con Megacar. Cabe recordar que la totalidad del proyecto corresponde al Ministerio de Infraestructura porteño y la empresa estatal porteña solo colabora en el trámite de la licitación, según explicaron fuentes de Subterráneos a este medio.
La decisión de entregar la totalidad del contrato a una empresa del Grupo DOTA -dando marcha atrás con la intención original- llega en un momento de notable expansión para la empresa, que se ha transformado en el mayor operador de transporte automotor del AMBA e incluso empieza a penetrar en el Interior del país. En Buenos Aires, sin ir más lejos, en las últimas semanas el Grupo se hizo con el control de la empresa El Puente, adquiriendo otras cuatro líneas, y de la histórica carrocera La Favorita, lo que profundiza la concentración del sector (ver nota aparte).
El destino de las unidades
Según lo anunciado por el gobierno porteño, las primeras unidades serán destinadas a la línea “T1”, que comenzará a circular durante el año 2026.
Esta nueva línea conectará la Costanera (altura Aeroparque) con el Centro de Trasbordo Sáenz, recorriendo los barrios de Palermo, Villa Crespo, Caballito, Almagro, Parque Chacabuco, Boedo, Parque Patricios y Nueva Pompeya. Permitirá conectar con las estaciones de Subte Palermo (línea D), Dorrego (línea B), Acoyte (línea A), Avenida La Plata (línea E) y Hospitales (línea H), hasta la estación Saenz (línea Belgrano Sur).
De cara a esta primera etapa del proyecto, la Sociedad Central de Arquitectos (SCA) y el GCBA lanzaron recientemente un concurso de ideas para la construcción de seis paradas “emblemáticas” de esta línea, iniciativa similar al concurso no vinculante realizado a principios de año para el proyecto de la estación ferroviaria Facultad de Derecho.
Más adelante, hacia 2027, se proyecta poner en marcha una segunda línea, la T2, que conectará a la estación Belgrano C (línea Mitre) con el Centro de Trasbordo Sáenz, recorriendo los barrios de Nueva Pompeya, Flores, Villa Santa Rita, Villa del Parque, Agronomía, Parque Chas, Villa Pueyrredón, Villa Urquiza y Belgrano. Circulará por cercanías de las estaciones San Pedrito (línea A), Congreso de Tucumán (línea D), Luis María Drago y Pueyrredón (línea Mitre), entre otras.
Más allá del nombre comercial de “Trambús” con el que operarán, que busca transmitir la idea de que se implementará un nuevo modo de transporte y que incluso juega con cierta ambigüedad con la palabra “tranvía”, la realidad es que ambas son líneas de autotransporte de superficie.
Antecedentes
No es la primera vez que se intenta avanzar en la incorporación de buses eléctricos para el transporte público porteño. En 2016, el ex Ministerio de Ambiente de la Nación lanzó una licitación para la adquisición de 400 colectivos eléctricos. Sin embargo, nunca se concretó.
En 2019 se hizo una experiencia piloto, que contemplaba la incorporación de ocho unidades a prueba en las líneas 12, 34, 39 y 59. Finalmente sólo llegaron a circular dos coches Yutong de fabricación china en la línea 59, que fueron devueltos al cabo de un año, ya que la empresa operadora desistió de adquirirlos, según reportó entonces el portal especializado Colectibondi. Otras iniciativas posteriores en tal sentido tampoco prosperaron.
Actualmente, y por fuera de los citados minibuses del Microcentro,Buenos Aires posee un único colectivo eléctrico en servicio regular, que funciona en la línea 28, que es de jurisdicción nacional y es justamente operada por DOTA. Se trata de una unidad prototipo fabricada en el país sobre un chasis Agrale, aunque todos sus equipos eléctricos fueron montados en Gran Bretaña.
Se trata de un notorio contraste con otras ciudades de la región, como Santiago de Chile, donde más del 30% de la flota de autobuses es eléctrica, y aún del Interior del país: Mendoza y San Juan emplean buses eléctricos a batería, mientras que en Rosario y Córdoba operan líneas de trolebús.
Por lo demás, la movilidad eléctrica en Buenos Aires cuenta con escaso desarrollo. En el caso del Subte, no hay obras de extensión en marcha. Solo se contemplan proyectos menores, tales como las obras de puesta en valor de estaciones, la demorada finalización del Nodo Obelisco, y el cierre del loop del Premetro. La licitación de la primera etapa de la línea F aún está en pasos preliminares y no tiene fecha cierta de concreción.
Insólito: ahora la Ciudad admite que los estudios de la línea F ni siquiera están listos
