La semana pasada, el gobierno porteño consiguió aprobar en la Legislatura el Presupuesto 2022 para la Ciudad. La norma fue sancionada en la última sesión del cuerpo con su composición previa al recambio legislativo, tras el cual el oficialismo vio reducida su cantidad de bancas.
Al igual que el año pasado, la normativa no prevé partidas para realizar obras de extensión del Subte en el 2022, reflejando la situación de estancamiento y crisis en que se encuentra la red. Además, en el “Plan General de Acción de Gobierno 2022-2024” -que acompaña el proyecto sancionado- el Subte sólo aparece mencionado una vez: de forma escueta, se alude a la “mejora de la frecuencia y calidad” y a la “modernización” de algunos sistemas, pero omitiendo toda referencia a la ampliación de la red.
Fuera del Presupuesto quedaron las obras de finalización de la línea H, que permanece inconclusa por ambos extremos a más de 20 años del inicio de su construcción. La estación Sáenz, licitada y adjudicada hace más de una década, no tiene partidas asignadas ni fecha prevista de inicio. En una indefinición aún mayor se encuentra el tramo Facultad de Derecho – Retiro, que además de no tener fondos asignados tampoco tiene siquiera fecha de licitación estimada.
La estación Sáenz de la línea H lleva 10 años adjudicada, pero nunca comenzó a construirse
Tampoco se prevé avanzar con la concreción de ninguna de las líneas planteadas por la ley 670 (F, G e I), sancionada por la Legislatura hace 20 años.
En este sentido, la norma aprobada sólo contiene una breve mención a “desarrollar la ingeniería para la licitación de la línea F”, en referencia a la licitación de los estudios para la futura línea, que acaban de ser postergados por 13° vez. Por lo demás, se trata de una fórmula textualmente calcada del Presupuesto 2021, año en que los avances en la materia fueron nulos.
Si bien esta demorada licitación de estudios se mantiene formalmente en pie, el Secretario de Transporte y Obras de la Ciudad, Juan José Méndez, blanqueó recientemente que la línea F no comenzará a construirse en lo que queda del gobierno de Rodríguez Larreta. “No vamos a empezar este año, ni el año que viene”, explicó el funcionario, en una expresión congruente con la ausencia del Subte en el Plan General de Acción de Gobierno para los próximos dos años.
Postergaron por 13° vez la licitación de los estudios de la línea F
Lejos está la debatida rebaja del porcentaje de coparticipación que recibe la Ciudad de ser la causa de este freno a la extensión del Subte.
Sin ir más lejos, las ampliaciones de la red construidas en las últimas décadas (extensión de la línea D a Belgrano, de la línea A a Flores, de la línea B a Villa Urquiza y la construcción de la línea H) se hicieron cuando la Ciudad recibía el 1,4% de coparticipación y se sostuvieron principalmente con recursos de afectación específica del “Fondo Permanente para la Ampliación de la Red de Subterráneos” establecido en la década del 80 por la ley nacional 23.514, aún vigente. Además, las obras no se vieron interrumpidas aún en contextos muy adversos, como la crisis de 2001, tal como explicó en una reciente entrevista con enelSubte el expresidente de SBASE Edgardo Kutner (2002-2007).
En contraste, en el período 2016-2020, cuando el porcentaje de coparticipación fue incrementado del 1,4% al 3,5-3,75%, no se iniciaron nuevas obras de Subte ni se impulsó la construcción de nuevas estaciones. Los frentes de obra en actividad fueron cerrándose conforme se inauguraban las estaciones y no se abrieron nuevos hasta llegar a la situación actual, donde por primera vez en casi medio siglo no hay ninguna estación de Subte en construcción en la Ciudad de Buenos Aires.
En contraste con esto, el Presupuesto 2022 sólo propone la realización de obras de menor cuantía que apuntan a la mejora de la red actual, tales como la ampliación de accesos y pasillos, la colocación de nuevos ascensores y escaleras y la modernización de los sistemas de señalamiento (ver detalle debajo).
Presupuesto 2022: las inversiones previstas
De acuerdo con la norma aprobada, se prevé realizar una serie de proyectos para mejoramiento de la red actualmente existente y adquisición de material rodante.
La inversión más importante que aparece –aunque de forma escueta– es la “adquisición de 25 nuevas formaciones para la línea B”. Al igual que la ingeniería de la línea F, la iniciativa también había sido mencionada en el Presupuesto para el corriente año, pero tuvo nulos avances.
Este proyecto, que había sido anticipado en exclusiva por enelSubte hace tres años, tiene por objetivo comprar nuevas formaciones que permitan jubilar tanto a los trenes Mitsubishi (los más viejos de la red, afectados por el asbesto) como a los problemáticos CAF 6000, cuya incorporación a la línea no ha terminado a pesar de haber transcurrido ocho años de su adquisición. La iniciativa había registrado algunos tímidos avances en marzo de 2020, pero luego todo quedó en pausa por la pandemia.
Continuando con la línea B, se prevé la adquisición de un torno bajo piso para el Taller Rancagua. La compra de este equipo, necesario para efectuar el mantenimiento de la rodadura de los trenes de la línea, viene postergándose desde 2014. Hasta ahora, las formaciones eran torneadas en el taller Rubén Darío de la línea Urquiza, lo que supone un doble problema: por un lado, porque a diferencia de las formaciones Mitsubishi, los CAF 6000 no pueden desplazarse por sus propios medios por esa línea, lo que obliga a engorrosas maniobras; por otra parte, porque –tal como había advertido enelSubte– desde el pasado 1° de diciembre el Subte y la línea Urquiza son legalmente operados por dos empresas concesionarias diferentes: Emova y Metrovías.
El resto de la norma se enfoca en mejoras de la red existente: la continuidad de la tercera etapa del Nodo Obelisco (la combinación entre las líneas B, C y D), la construcción de un nuevo vestíbulo e instalación de ascensores en Plaza de los Virreyes y Plaza Miserere –trabajos que también habían sido mencionados para el 2021, sin que se concretaran este año–, obras en cocheras y talleres de las líneas B y E, renovación de escaleras mecánicas y adecuaciones en la infraestructura eléctrica.
A su vez, se planifica dar continuidad a las obras de mejora de la línea D, que contemplan la instalación de un nuevo señalamiento CBTC, ventilación forzada y mejoras en la cochera-taller Congreso de Tucumán. En este caso, los trabajos son financiados por un crédito del Banco Europeo de Inversiones (BEI).
Por último –aunque no se trata de una inversión–, se menciona que SBASE tendrá a su cargo “administrar el nuevo contrato de operación y mantenimiento del servicio”. Cabe recordar que dicho contrato, firmado en septiembre pasado con Emova Movilidad (Metrovías-Roggio), comenzó a regir a principios de este mes y contempla cambios en la forma de pago al concesionario.