Chile recibió la entrega final de los nuevos trenes que circularán en el modernizado servicio Santiago – Chillán.
Las cuatro formaciones, que llegaron días atrás al puerto de San Antonio, se sumarán a las dos que ya habían llegado en marzo pasado y que están siendo actualmente sometidas a una serie de pruebas estáticas y dinámicas.
La provisión de los seis trenes había sido adjudicada a CRRC Sifang en diciembre de 2020. Se trata de la misma fábrica de la que salieron los 15 trenes eléctricos que el vecino país encargó para los servicios suburbanos de Concepción (Biotrén) y los tres cochemotores diésel del servicio Victoria – Temuco, así como los trenes eléctricos de las líneas Mitre, Sarmiento y Roca.
Los trenes, de configuración regional, tendrán una capacidad de 236 pasajeros sentados y una velocidad máxima de 160 km/h. Esto, sumado a otras intervenciones sobre la infraestructura (ver detalle más abajo), permitirá unir Santiago y Chillán en 3:40 horas frente a las casi 5 horas que demora actualmente.
Otra característica a destacar es que los trenes serán bimodales, es decir, capaces de circular con alimentación eléctrica de 3000 V -tal la tensión utilizada en Chile- o diésel en el caso de un eventual corte de energía, con una autonomía de 1000 km.
Las unidades contarán con un coche cafetería, climatización, sanitarios, sistemas de información al usuario y entretenimiento, conexión Wi-Fi y asientos reclinables, entre otros avances.
La inversión realizada por EFE asciende a 70 millones de dólares, lo que abarca no solamente la provisión de las formaciones sino también su mantenimiento y la construcción de los talleres donde serán atendidos.
Tal como detalló este medio, la compra de estos nuevos trenes forma parte de un proyecto más ambicioso, que comprende la modernización de la infraestructura del ramal y que fue lanzado en 2019.
Entre las obras a realizar se cuentan la automatización de 74 pasos a nivel, el confinamiento de la vía, mejoras en casi 90 km de vía, la remodelación de 12 estaciones y la construcción de 150 desvíos. Se calcula que el proyecto permitirá cuadruplicar las actuales frecuencias entre Santiago y Chillán (de tres a 12 diarias) y reducir significativamente los tiempos de viaje, a 2:22 horas entre Santiago y Talca y 3:40 horas entre Santiago y Chillán.
Cabe recordar que, más allá de la batería de obras en el Metro de Santiago, Chile se encuentra realizando fuertes inversiones en el sector ferroviario de pasajeros, un impulso que comenzó durante el gobierno de Sebastián Piñera y que continúa con la gestión del actual presidente Gabriel Boric.
Además de las mejoras del servicio a Chillán, estos proyectos incluyen la modernización de las líneas de Metrotren a Nos y Rancagua -ya inauguradas-, de la línea de Metrotren a Melipilla -actualmente en obra-, de la línea de Metrotren a Batuco, de la citada modernización del material rodante del Biotrén y servicios regionales en el sur del país, así como del impulso a la recuperación de la conexión de pasajeros entre Santiago y Valparaíso, interrumpida desde 1986.
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