enelSubte (eeS): ¿Cuál ha sido el impacto de la pandemia de COVID-19 a nivel laboral en el Subte? ¿Cómo se viene trabajando en el tema con Metrovías?
Beto Pianelli (BP): La pandemia a nivel laboral en el Subte impactó como en todos lados, con la diferencia que al ser nosotros parte de los trabajadores esenciales nos vimos en la obligación de reestructurar la forma de trabajo. Primero porque tenemos un tercio de trabajadores menos, que están licenciados por ser grupo de riesgo. Así que estamos con dos tercios del personal, pero al reducirse el servicio [N. de la R: se redujeron frecuencias y se cerraron numerosas estaciones de la red] esa cantidad incluso sobraba, de hecho se viene trabajando un día sí y un día no en algunas áreas.
En un primer momento el impacto fue la sorpresa, el no saber cómo actuar, e inmediatamente se puso de manifiesto como en todo el mundo el problema de la salud laboral: vestuarios y comedores donde la gente está hacinada, donde las normas de seguridad e higiene y limpieza no eran las mejores…todo se puso de relieve porque se empezó a enfocar la mirada en eso. Hubo mucho enfrentamiento y discusiones con las jefaturas para tratar de reordenar al personal para que haya la menor exposición posible. Eso significó reestructurar la forma en la que se trabajaba, los diagramas de trabajo. La empresa, como la mayor parte de las empresas de todo el mundo, en los primeros días se hacía la zonza, hubo reticencias para otorgar licencias…gracias a la presión sindical se fue cumpliendo con la normativa del poder ejecutivo nacional y el ministerio de salud. Otra cuestión fue trabajar para evitar los tiempos muertos, evitar reuniones donde se genere contacto estrecho.
Fue una pelea fuerte interna producto de que Metrovías se comportó como todas las empresas…después sacan fotos y hacen videítos de publicidad, pero la verdad es que durante el primer mes y medio e inclusive algunas cosas continúan hasta ahora: por ejemplo todavía no se reestructuraron vestuarios y comedores, cosas que nosotros solicitamos en vista a cuando tenga que incorporarse mayor cantidad de gente.
Así que el impacto fue muy fuerte. Y después desde luego el impacto desde el punto de vista psicológico de todos los trabajadores. Hay mucho miedo de trabajar en este momento. Al día de hoy tenemos 79 trabajadores que han dado positivo, hay 41 que ya se recuperaron, y lamentablemente tenemos un compañero fallecido de la línea C. Todo esto sacude a todos los trabajadores, los angustia sobremanera, como pasa con todos, pero acá es peor porque tenemos que trabajar en un ámbito donde viajan miles de personas, se hace bastante duro. El que lo ve desde un escritorio no lo entiende.
eeS: ¿Cuál ha sido el impacto de la pandemia respecto de la cuestión salarial? En su momento la AGTSyP rechazó en duros términos el acuerdo que Metrovías firmó con la UTA.
BP: Con respecto al tema salarial sucedió algo que es inaudito e ilegal, con la complicidad de un sindicato inexistente como UTA, hicieron un chanchullo en beneficio de la empresa. Se redujo un 40% de los salarios y se compensó eso con una suma no remunerativa que es menor a ese 40%. De esa manera, Metrovías comenzó a quedarse con los aportes que tiene que hacer a la seguridad social, tanto lo que aportamos nosotros como lo que aporta Metrovías se lo quedaron ellos gracias a este acuerdo escandaloso.
Esto es absolutamente ilegal porque esto está autorizado únicamente para las empresas que tuvieron que interrumpir la actividad, bajo ningún punto de vista podían hacerlo las empresas que seguían trabajando y menos en una actividad esencial. Nosotros lo hemos denunciado y vamos a ir a la Justicia por este tema. Obviamente no salimos a hacer una medida de acción gremial porque estamos en una pandemia y no vamos a cometer esa irresponsabilidad poniendo en riesgo al resto de la sociedad. Hicimos la denuncia pertinente y estamos esperando que tenga algún tipo de repercusión.
eeS: Al margen de la pandemia, ¿qué evaluación hacen desde el sindicato del proceso de desasbestización del Subte?
BP: No hay ningún plan. Es una vergüenza que hayan pasado tres años y ya vamos para cuatro de que se destapó todo esto y no haya todavía un plan de desasbestización del Subte. Todavía seguimos encontrando más lugares donde hay amianto, lugares donde era absolutamente previsible. SBASE y Metrovías primero lo negaron, lo ocultaron, después demoraron, demoraron y demoraron. Lo único que hicieron fue un desamiantado parcial de los trenes de la línea B [N. de la R: se refiere a los trabajos en los trenes Mitsubishi de la línea B, donde ya fueron intervenidos la mitad de los trenes]. Digo parcial porque no les han sacado todo el amianto porque no se puede, les sacaron solo una parte…esa fue la gran política de desasbestización. En la línea E se sigue trabajando con trenes Fiat y GEE que tienen asbesto. Y después en las instalaciones fijas, en las subusinas y bombas, ahí no se ha reemplazado nada.
A tal punto que nosotros hemos ido a la Justicia y la Justicia libró una cautelar, pensamos que de esa manera íbamos a poder avanzar, pero el Gobierno de la Ciudad y Metrovías avalada por el Gobierno de la Ciudad, han violado todas las cautelares. Así que nos hemos presentado nuevamente al juzgado denunciando que la cautelar no se está aplicando. Porque no solo no se está retirando el amianto sino que tampoco se cumple con lo que dice la cautelar acerca de entregar el listado de los trabajadores de los últimos 30 años en el Subte.
También ocurre que con la pandemia se frenaron los estudios médicos que se les estaban haciendo a los trabajadores, solo se llegó a hacer la mitad. Y entre los que se hicieron ya hemos encontrado unos 30 compañeros con placas pleurales afectados por amianto y tres compañeros con cáncer. Están proponiéndole trabajar con amianto a personal bajo convenio o que no están afiliados al sindicato ofreciéndoles más dinero, una cosa absolutamente ilegal y por eso lo hemos denunciado.
eeS: De cara a la pospandemia y a la “nueva normalidad”, ¿creen que debería cambiar algo en las condiciones de trabajo y de viaje en el Subte?
BP: Hay algo que se está discutiendo en todo el mundo y es cómo tiene que funcionar el sistema de transporte público de ahora en más.
Nosotros estamos viviendo en una ciudad que tiene tres millones de habitantes a la que ingresan prácticamente otros tres millones todos los días, con una red de 60 km de Subte: esto hace que en el Subte se viaje hacinado como todos sabemos. Yo siempre digo, Madrid tiene 3 millones de habitantes con un conurbano mucho menor y tiene 300 km de Subte. Así que viajar en Subte en estas condiciones, con este virus que se transmite de esta manera tan veloz, es un peligro. Antes también lo era, para cualquier enfermedad es un peligro viajar hacinados.
Así que hay que rediscutir el transporte en general en la ciudad de Buenos Aires y en la Argentina. Esto pone en tela de juicio la política desarrollada por SBASE en los últimos años y en especial la política actual que es no tener planificado hacer ni un metro de Subte. Se pone en evidencia que cada vez más es necesario desarrollar el transporte subterráneo y la necesidad de rediscutir el transporte de superficie, con buses eléctricos, pero centralmente hay que desarrollar un subte mucho más grande para que la gente pueda viajar mejor y para que no se transforme en un foco de contagio.
Todos estamos desesperados queriendo que vuelva la normalidad, pero hay que cambiar esa normalidad, eso es lo que hay que discutir. Porque esa normalidad es lo que estaba mal: no se puede viajar hacinado, no se puede trabajar en un lugar donde en los vestuarios y las salas de estar uno esté hacinado y apretado, donde no se cumplan los requerimientos mínimos de seguridad e higiene. Nosotros como sindicato no lo podemos dejar pasar y no vamos a permitir que nos vuelvan a exponer a condiciones de trabajo donde estemos en riesgo.