La línea H del Subte ya superó a la línea E en cantidad de pasajeros transportados, tanto en términos anuales como mensuales. De esta manera, la línea E vuelve a ser la menos utilizada de la red, título que históricamente había ostentado hasta la entrada en servicio de la H.
Desde su inauguración en 2007 y hasta 2016, la línea H estuvo por debajo de la E en cantidad de usuarios transportados, tanto si se contabilizan los pasajeros pagos como incluyendo los de combinación.
La línea H tuvo en sus primeros años un crecimiento progresivo de pasajeros gracias a sus sucesivas ampliaciones: es notorio el impacto de la apertura de las estaciones Corrientes, en 2010, y Parque Patricios, en 2011. Luego, entre 2012 y 2014, la línea acusa el golpe sufrido por la crisis del traspaso y los incrementos tarifarios, que provocaron una caída en la cantidad de pasajeros transportados en toda la red a nivel general.
El gran salto se dio en el transcurso de 2016. Gracias a la inauguración de la extensión a Las Heras en diciembre de 2015 y de la estación Santa Fe en julio de 2016, el tráfico de la línea casi se duplicó. A esto debe sumarse, además, la puesta en marcha en ese mismo año del sistema CBTC y de los nuevos trenes, lo que vino acompañado de una reducción al mínimo de las incidencias.
En 2017, con la consolidación de la extensión a Las Heras y de la combinación con la línea D, la línea H superó por primera vez a la E en cantidad de pasajeros transportados pagos. Mientras que la línea violeta tuvo 21.116.558 pasajeros, la más nueva de la red sumó 25.652.055. Los números de este año parecen confirmar la tendencia: de enero a julio la línea H movilizó a unos cinco millones de pasajeros más que la línea E.
En los próximos meses podrá verse reflejado el impacto de la estación Facultad de Derecho, que fue inaugurada recién a fines de mayo pasado. Su apertura, empero, vino acompañada de un deterioro en la calidad de viaje: no se agregaron nuevas formaciones y debido a problemas técnicos con los trenes se redujo la velocidad de circulación y algunas formaciones fueron retiradas de servicio.
Si se computan los pasajeros transportados totales, es decir, incluyendo los provenientes de combinaciones, se verifica una tendencia similar. La única particularidad es que la H -aunque por poco- ya había superado a la E en 2016. En 2017, en cambio, la H movilizó a 32 millones de pasajeros más que la línea E.
Es decir que si se consideran los pasajeros de combinación, la línea H se despega claramente de la línea E. Las cifras superan holgadamente las previsiones originales y sorprenden teniendo en cuenta que la línea H aún no ha sido terminada y sigue –al menos formalmente– en construcción.
La estación Sáenz, cuya construcción no tiene fecha de inicio, proveerá combinación con la línea Belgrano Sur (en pleno proceso de modernización y ampliación) y aportará un importante caudal de pasajeros que no hará sino incrementar los buenos números que maneja la línea más nueva de la red. No son pocos los especialistas que auguran que una vez terminada esa estación, la línea H se aproximará o incluso superará a la línea C en cantidad de pasajeros transportados.
La línea E, en tanto, podrá experimentar una recuperación con la inauguración de la extensión a Retiro, prevista para mayo del año próximo. No obstante este aumento previsto (del orden del 25%), se estima que continuará por debajo de la línea H.
El hecho de que la E es la línea menos utilizada de la red, sin embargo, no es perceptible para el usuario común. Esto se debe, prinicipalmente, a la mala frecuencia y a que utiliza formaciones de apenas cuatro coches, las más cortas de la red. Para paliar esta situación, se prevé incorporar un quinto coche a los trenes Fiat Materfer e ir mejorando la frecuencia en el transcurso del próximo año hasta alcanzar los tres minutos y medio en hora pico para diciembre de 2019.
En todo caso, los buenos números que exhibe la línea H no hacen sino confirmar que la construcción de nuevas líneas de Subte, lejos de ser un simple capricho, es la mejor respuesta para solucionar la movilidad de millones de personas en una urbe compleja y colapsada como Buenos Aires.