La Legislatura Porteña aprobó la semana pasada dos nuevos cambios de nombre para estaciones del Subte. Se trata de las estaciones Medrano, de la línea B, que pasará a denominarse “Medrano – Almagro”, e Inclan, de la línea H, que se llamará “Inclan – Mezquita Al Ahmad”.
El proyecto de Medrano había sido impulsado por los legisladores Carolina Estebarena (PRO), Silvia Gottero (Bloque Peronista) y Gabriel Fuks (Corriente Nacional de la Militancia), había sido aprobado en primera lectura en octubre del año pasado y contaba con un dictamen favorable de audiencia pública.
Si bien incluir el nombre de un barrio en la denominación de una estación puede ser útil a la orientación (en la línea B cuentan con esta característica las estaciones Juan Manuel de Rosas – Villa Urquiza, Los Incas – Parque Chas y Tronador – Villa Ortúzar), en este caso se trata de una iniciativa algo problemática: Medrano no es la única estación de Subte en el barrio de Almagro.
En el caso de Inclan, el agregado de una referencia al templo islámico situado en sus cercanías –un proyecto impulsado por el diputado PRO Omar Abboud– también resulta controvertido en terminos de orientación: la mezquita está a más de dos cuadras de la estación y ni siquiera está ubicada en la misma calle.
Los cambios de nombres de estaciones del Subte han concitado en los últimos años la atención de los legisladores. En breve, otras 15 paradas podrían cambiar de nombre. Entre ellas, “Ministro Carranza – Miguel Abuelo”, “Leandro N. Alem – Centro Cultural Néstor Kirchner”, “Carlos Gardel – Abasto”, “Dorrego – Villa Crespo” (en coincidencia con el cambio de nombre de la estación de la línea San Martín), “Federico Lacroze – Chacarita”, “Piedras – Café Tortoni”, “Acoyte – Parque Rivadavia”, “Plaza de Mayo – Casa Rosada”, “Facultad de Filosofía y Letras – Francisco Paco Urondo”. “Boedo – Homero Manzi”, “Emilio Mitre – Parque Chacabuco”, “San José – Facultad de Ciencias Sociales”, “Caseros – Palacio Tomás Ducó” y “Hospitales – Ringo Bonavena”, entre otras.