La Unión Internacional del Transporte Público (UITP), la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte (ITF), Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU) y la Unión Internacional de Ferrocarriles (UIC) emitieron una inédita declaración conjunta ante la crisis mundial generada por la pandemia del nuevo coronavirus (COVID-19).
El documento, que fue publicado en abril, lleva la firma de los líderes de las cuatro entidades, que representan a distintos actores del sector del transporte: desde las grandes empresas ferroviarias estatales hasta los gobiernos locales, pasando por los sindicatos que nuclean a los trabajadores del sector y numerosos operadores privados de transporte.
La declaración expresa que los servicios de transporte público “son vitales para mantener en movimiento a los trabajadores esenciales” y destaca la importancia de mantener funcionando los distintos servicios de transporte, asegurando su continuidad.
Al mismo tiempo, los organismos coincidieron en enfatizar la importancia de la adopción de buenas prácticas en el ámbito de la seguridad e higiene, para protección tanto de los trabajadores como de los usuarios de transporte público. “Es vital que las autoridades competentes garanticen el suministro apropiado de equipamiento y productos de protección”, explica el documento.
Ejemplos de esto se han visto en la Argentina, donde se han adoptado medidas -tanto proactivas como preventivas- en el Subte, los ferrocarriles y el transporte automotor, así como en el sector industrial vinculado con el transporte.
La declaración, además, asume que el sector del transporte se verá “afectado considerablemente” por la pandemia debido no solo a “la disminución en el ingreso de venta de pasajes” (solo durante marzo, en Buenos Aires se registraron caídas de casi el 50% en el Subte y del 43% en trenes) sino también a “los costos adicionales que requiere desinfectar y la implementación de las medidas de distanciamiento social” (que reduce la capacidad de transporte de las unidades), así como “la disminución de la producción industrial y de servicios y a la reducción del volumen de ventas en la industria” en general.
En este sentido, los organismos reclamaron la adopción de “medidas excepcionales” de “apoyo financiero” por parte de los gobiernos, “dirigido hacia la preservación de los puestos de trabajo y a los términos y condiciones laborales del trabajador”, limitando “las consecuencias financieras, económicas y sociales” de la pandemia sobre el sector, que “en muchas oportunidades es uno de los principales, o el principal, empleador en las ciudades”. En Europa, medidas de este tipo ya habían sido reclamadas por los operadores ferroviarios privados, por ejemplo.
El inédito documento conjunto culmina con un agradecimiento “a todos los trabajadores del transporte público quienes son nuestros Guardianes de Movilidad, por profesionalmente cumplir sus obligaciones y proveer un servicio público vital durante estos tiempos sin precedentes”.