Greenpeace hizo un llamado a que no se utilicen fibras de asbesto en la futura obra de construcción del Metro de Bogotá.
La organización no gubernamental advirtió sobre los efectos nocivos sobre la salud que causa la exposición a este material, recalcando que en Colombia se detectan 540 casos de asbestosis (un tipo de cáncer derivado del contacto con el mineral) al año.
El reclamo surgió luego de que enelSubte revelara que trenes en el Subte de Buenos Aires (los CAF 5000 de la línea B, adquiridos de segunda mano al Metro de Madrid), contenían asbesto y fueran retirados de circulación en forma preventiva por Subterráneos de Buenos Aires, explicaron desde Greenpeace al diario colombiano La República.
A diferencia de lo que ocurre en la Argentina, donde el asbesto está prohibido desde 2001, en Colombia no hay una normativa que impida su utilización. “El Estado colombiano uno de los principales compradores de productos que contienen esta fibra”, advirtieron desde la ONG, recordando que la Contraloría General de la República de Colombia ha elaborado un informe solicitando la prohibición del elemento, siguiendo la tendencia mundial.
“Casos como este demuestran que en Colombia no sólo necesitamos que se sancione una ley que prohíba el asbesto definitivamente, sino que además el gobierno en todos sus niveles deberá exigir la reconversión y asegurarse de que las obras llevadas a cabo, junto con entidades privadas, sean libres de asbesto y de cualquier otro material cancerígeno o peligroso para la salud”, explicó Silvia Gómez, de Greenpeace Colombia.