El tren regional Rosario – Cañada de Gómez ya lleva medio año sin funcionar y no hay fecha cierta para su reanudación.
El tren dejó de prestar servicio el pasado 20 de noviembre, luego de que la única formación asignada al servicio, compuesta por la locomotora 9026 y los coches FG 007, CPA 010 y CPA 055, sufriera un accidente sin pasajeros. Ante la avería del material y la falta de unidades de reserva para sustituirlo, el servicio fue suspendido hasta nuevo aviso.
Tal como explicó enelSubte, Trenes Argentinos Operaciones (SOFSE) había supeditado la reanudación de las prestaciones a la reparación de los coches, algo que hasta el momento no ha finalizado.
En su informe de abril último ante la Cámara de Diputados, el Jefe de Gabinete Guillermo Francos aseguró que Trenes Argentinos recién se encuentra “realizando una evaluación técnica/económica y operativa para la recuperación de las formaciones”.
Fuentes de la operadora precisaron a este medio que el material rodante siniestrado “comenzó a ser intervenido por personal propio”.
Tras una inspección realizada en los talleres de Córdoba, se determinó que “debe realizarse el desarme completo de motor para cambiar el cigüeñal” de la locomotora 9026 y “se debe realizar la reparación del compresor de aire comprimido y del generador principal AR-10”. Por su magnitud, algunos de estos trabajos no pueden realizarse en los talleres de Córdoba por lo que la locomotora en cuestión deberá ser trasladada “al taller de Remedios de Escalada”, explican desde la empresa.
En cuanto a los coches, el furgón generador siniestrado (FG 007) será reemplazado por el FG 005, que será rehabilitado con piezas “en perfecto estado” pero “canibalizadas” del accidentado. Estos trabajos están siendo desarrollados en Materfer, aunque a la fecha resta ejecutar numerosos aspectos de la obra. Respecto de los dos coches de pasajeros afectados por la colisión de noviembre (CPA 010 y CPA 055), serán sustituidos “por los coches CPA 036 y CPA 048). Desde Trenes Argentinos no dieron mayores detalles acerca de la posible rehabilitación de los coches siniestrados.
En el entretanto, la posibilidad de reactivar el servicio con material rodante ocioso producto de la cancelación de otros trenes -la actual administración ya ha cancelado siete servicios de pasajeros, sin contar al “Cañada”– parece no haber sido considerada.
Por caso, a principios de abril pasado fue suspendido por tiempo indeterminado el servicio a Pinamar, que se prestaba con cochemotores CAF Serie 593 “Camellos” ex Renfe, remozados en 2020. Desde la cancelación de este tren, los coches permanecen fuera de servicio y no han sido reutilizados en ningún otro corredor, pese a que podrían circular sin necesidad de adaptaciones en el servicio Rosario – Cañada de Gómez.
Tampoco se consideró la posibilidad de prestar el servicio con el cochemotor Materfer que cubría el servicio regional Fernández – La Banda, en Santiago del Estero, cancelado a fines de noviembre pasado. En este caso, la unidad fue trasladada a Neuquén para reforzar los servicios del Tren del Valle.
La escasez de material rodante para los servicios regionales no es nueva, pero se ha visto agravada en los últimos tiempos por el recorte presupuestario y los citados siniestros. A esto se suma la reciente decisión de las autoridades de dar de baja la compra de triplas chinas para servicios regionales, parte de las cuales serían unidades de trocha ancha para servicios como el citado Rosario – Cañada de Gómez. De acuerdo con las autoridades, la decisión se debe a “nuevas necesidades operativas” que justifican “iniciar un nuevo procedimiento de compra”, pero acotado a la renovación del material de los servicios diésel locales del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), algo que perjudica fuertemente al Interior del país.
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Historia del servicio
El servicio Rosario – Cañada de Gómez fue inaugurado en agosto de 2022, siendo el primer servicio local del Área Metropolitana del Gran Rosario luego de décadas sin contar con prestaciones de este tipo.
En un primer momento, comenzó a circular con solamente dos frecuencias por sentido, deteniéndose en las estaciones de Rosario Norte, Antártida Argentina (Fisherton), Funes, Roldán, San Gerónimo, Carcarañá, Correa y Cañada de Gómez.
En octubre de 2023, se agregó una tercera frecuencia por sentido y se modificaron los horarios, en función del crecimiento de la demanda del trayecto. Esto permitió un notable incremento en la cantidad de pasajeros transportados para los meses siguientes, cuyos números se acercaron a los 10.000 pasajeros mensuales en el primer trimestre de 2024.
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Sin embargo, en los meses posteriores las prestaciones del tren se vieron afectadas por el congelamiento del gasto público dispuesto por el Gobierno nacional. En concreto, la única locomotora asignada comenzó a descomponerse con frecuencia o debió acudir al auxilio de trenes de larga distancia cuyas locomotoras dejaban de funcionar mientras prestaban su itinerario. Esto generaba regulares cancelaciones espontáneas que, en algunas ocasiones, llegaron a extenderse durante varios días.
Trenes de pasajeros: entre la “clausura por goteo” y la provincialización
Durante 2024 y 2025 fueron cancelados un total de siete servicios ferroviarios de pasajeros, todos ellos fuera del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
Tal como explicó enelSubte, el servicio entre Retiro y Palmira fue el primero en ser suspendido durante la actual gestión, en abril del año pasado. La empresa se amparó en un estudio de infraestructura, al que tuvo acceso este medio, que en ningún momento señala la necesidad de suspensión.
El segundo fue el servicio entre Retiro y Justo Daract, que dejó de circular temporalmente en mayo del año pasado como consecuencia del accidente de Palermo. A principios del mes siguiente los servicios a Junín fueron reanudados, pero inexplicablemente el tren hacia la provincia de San Luis no fue restablecido.
El tercero fue el servicio expreso entre Buenos Aires y Rosario, que había sido implementado a fines de 2022: pese a sus competitivos tiempos de viaje, fue eliminado de forma sorpresiva en mayo, achicando la oferta en el corredor.
Luego fue el turno del tren turístico entre Mercedes y Tomás Jofré de la línea Belgrano Sur, que dejó de circular en mayo de 2024. En este caso, la suspensión se debió a la colisión de un camión contra un puente ferroviario. Hasta el momento, no se conoce información respecto a intervenciones destinadas a reparar la infraestructura dañada.
El quinto tren eliminado fue el Buenos Aires – Pehuajó, que dejó de correr en noviembre del año pasado pasado con el argumento de generar una reducción de gastos. El corredor venía sufriendo una abrupta caída en la cantidad de pasajeros transportados desde hace meses a raíz de los fuertes aumentos tarifarios, el incremento de los tiempos de viaje, y el deterioro de los servicios.
El sexto fue el citado tren regional Fernández – La Banda, también suspendido con el argumento de generar un “ahorro” de 27 millones de pesos.
Finalmente, en abril pasado fue suspendido por tiempo indefinido el citado tramo entre General Guido y Divisadero de Pinamar. En este caso, el argumento oficial fue el supuesto mal estado de la infraestructura en el corredor, aunque no se conocieron incidentes operativos en el último tiempo, aunque también se habló de un “déficit de 133 millones de pesos”.
Esta estrategia de “clausura por goteo” -que recuerda a lo ocurrido durante la gestión Dietrich entre 2015 y 2019, en la que dejaron de circular 12 servicios– se combina con intentos de provincialización de los servicios regionales -aunque en el caso de Santa Fe no se conocen ofrecimientos formales ni informales para un traspaso- y con prolongadas suspensiones por tiempo indeterminado, tal el caso del servicio a Bahía Blanca, que dejó de circular en marzo de 2023 y cuya reposición se tornó más incierta luego de las inundaciones ocurridas a principios de este año.
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