En los últimos meses, Trenes Argentinos Operaciones ha realizado varios anuncios que apuntan a mejorar el servicio de la línea Mitre.
Puntualmente, el ramal Tigre ha sido beneficiado con la incorporación de servicios adicionales en las horas pico de la tarde y de la mañana, objeto de dos anuncios respectivos. El otrora marginado Tren de la Costa –que no es otra cosa que el ramal Delta del Mitre– ha recibido nuevos horarios que facilitan la combinación con los trenes del ramal a Mitre, mejorando la conexión con Retiro, lo que redundó en un espectacular aumento de los pasajeros pagos transportados. Además, los ramales del Mitre han sido favorecidos con la demorada reapertura de las estaciones reformadas, anunciándose que se seguirán refaccionando otras paradas.
Esa verdadera catarata de novedades contrasta con la situación concreta del resto de las líneas, donde (excepción hecha de la línea Roca, donde empezaron a correr los nuevos trenes CSR en los ramales a Ezeiza y Alejandro Korn), el panorama no ha variado sustancialmente desde el cambio de gobierno y donde los únicos anuncios se vinculan a obras de largo aliento, tal el caso del viaducto del Belgrano Sur o el del San Martín.
De hecho, ingresando al área de prensa de la página web de la SOFSE la situación es palpable: de las últimas diez noticias publicadas, la mitad están vinculadas directamente a la línea Mitre. Otras tres aluden a aspectos corporativos y de relaciones con la comunidad de la empresa que preside el polémico Marcelo Orfila, una sola refiere a la línea San Martín y otra al relanzado soterramiento del Sarmiento.
La política de privilegio al Mitre no es del todo nueva. Durante la gestión privatizadora de FEMESA fue una de las pocas en que no decayó ostensiblemente la calidad del servicio. En los años posteriores a la concesión, la línea Mitre en general –y en particular el ramal Tigre– se transformó en la línea emblema de la extinta concesionaria TBA, que también administraba la línea Sarmiento.
De hecho, el ramal a Tigre fue beneficiado a expensas del ramal a Mitre, que con el correr de los años vio acortarse el largo de sus trenes y quedarse con el material rodante más anticuado. Fue allí donde se incorporó en primera instancia el material rodante modernizado (los PUMA, que no eran otra cosa que los viejos Toshiba reformados). Fue allí donde se estrenó el aire acondicionado para los trenes locales y donde se incorporaba la tecnología más moderna de la época, aunque se tratara sólo de inversiones superficiales.
En aquella época de controles estatales laxos y operadores privados que hacían y deshacían a voluntad la disparidad en las prestaciones podía llegar a comprenderse, aunque no a justificarse. Hoy día, con el Estado a cargo de la operación de todas las líneas a través de Trenes Argentinos, esa disparidad aparece más difícil de justificar.