El Grupo DOTA, el mayor operador de transporte público del AMBA, se quedará finalmente con la totalidad de la licitación del “Trambús”.
Tal como explicó enelSubte, originalmente Subterráneos de Buenos Aires (SBASE) había preadjudicado parte de la licitación a favor de la argentina Megacar -representante oficial de Agrale en la Argentina y vinculada a la carrocera Todobus y al Grupo DOTA- y otra parte a la española Irizar E-Mobility.
Sin embargo, ahora la empresa estatal emitó un dictamen de preadjudicación rectificatorio en el que resolvió “declarar inadmisible” la propuesta de la española, asignando la totalidad del contrato (40 unidades rígidas y 15 articuladas y 28 cargadores) a Megacar. En el dictamen original, Irizar proveería los 15 articulados y 8 cargadores.
Esta cantidad ya implicaba un recorte con respecto a las cantidades originalmente contempladas en los pliegos, ya que se había previsto la compra de 59 buses rígidos y 60 cargadores.
Vale notar que Megacar tiene el antecedente de haber sido la encargada de la provisión de los minibuses eléctricos que circulan por el Microcentro y operan bajo el nombre “e-Bus”. Si bien las unidades fueron fabricadas en China por otro proveedor, son comercializadas bajo la marca Agrale. Más recientemente, el concesionario fue uno de los principales sponsors de la Conferencia de la Movilidad que el GCBA organizó en el Parque de la Innovación. Esta misma semana, la concesionaria confirmó la adquisición de la histórica carrocera La Favorita, lo que fortalece su posición en un mercado donde no hay demasiados competidores.
La resolución será elevada al directorio de SBASE en los próximos días para formalizar la adjudicación del contrato. Cabe recordar que esta licitación, que había sido lanzada en octubre del año pasado, corresponde a un proyecto del Ministerio de Infraestructura porteño: la participación de SBASE es únicamente a los fines de colaborar con el trámite, según fuentes de la empresa.
Las primeras unidades se destinarán a la línea “T1” (ver detalles abajo). En este sentido, recientemente la Sociedad Central de Arquitectos (SCA) y el GCBA lanzaron un concurso de ideas para la construcción de seis paradas “emblemáticas” de esta línea, iniciativa similar al concurso lanzado a principios de año para la construcción de la estación Facultad de Derecho.
“Trambús”: preadjudicaron la compra de colectivos eléctricos
Los recorridos
Al momento de lanzarse la licitación, ni los recorridos ni el destino de las unidades eléctricas estaba claro, más allá de alguna vaga alusión al “corredor costero”. La incógnita fue develada el último día de febrero pasado, cuando el Jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, realizó una serie de anuncios vinculados al transporte.
El proyecto contempla la habilitación de dos nuevas líneas de colectivos eléctricos, que operarán bajo el nombre comercial de “Trambús”.
La primera, denominada T1, conectará la Costanera (altura Aeroparque) con el Centro de Trasbordo Sáenz, recorriendo los barrios de Palermo, Villa Crespo, Caballito, Almagro, Parque Chacabuco, Boedo, Parque Patricios y Nueva Pompeya. Permitirá conectar con las estaciones de Subte Palermo (línea D), Dorrego (línea B), Acoyte (línea A), Avenida La Plata (línea E) y Hospitales (línea H), hasta la estación Saenz (línea Belgrano Sur).
Esta primera línea, según las estimaciones oficiales, comenzará a circular durante el año 2026, tras el arribo de las primeras unidades incluidas en la licitación.
Por su parte, la segunda línea, denominada T2, conectará a la estación Belgrano C (línea Mitre) con el Centro de Trasbordo Sáenz, recorriendo los barrios de Nueva Pompeya, Flores, Villa Santa Rita, Villa del Parque, Agronomía, Parque Chas, Villa Pueyrredón, Villa Urquiza y Belgrano. Circulará por cercanías de las estaciones San Pedrito (línea A), Congreso de Tucumán (línea D), Luis María Drago y Pueyrredón (línea Mitre), entre otras. Esta línea tiene su inicio de operación previsto para el año 2027.
Más allá del nombre comercial con el que operarán, que busca transmitir la idea de que se implementará un nuevo modo de transporte y que incluso juega con cierta ambigüedad con la palabra “tranvía”, la realidad es que ambas son líneas de autotransporte de superficie. Más allá de algunas adecuaciones en paradas y cartelería, de momento no se contempla la construcción de grandes infraestructuras asociadas, a excepción de un taller para el mantenimiento de las unidades.
Otro punto opaco del proyecto es que, si bien ambas líneas terminarán en Sáenz -importante centro de trasbordo en el barrio de Pompeya-, en los anuncios oficiales se omite toda referencia a la proyectada construcción de la futura terminal de la línea H, prevista en ese punto.
La construcción de la estación Sáenz de la línea H, cabe recordar, llegó a adjudicarse hace más de una década, pero el contrato fue luego rescindido por cambios en el proyecto. La obra, que requeriría una extensión de escaso kilometraje desde la actual terminal Hospitales, nunca comenzó, pese a que todos los especialistas consideran que es una estación clave para la conectividad de la red. El desinterés de las autoridades llegó a provocar que incluso se cayera la expropiación del inmueble donde iban a construirse los accesos de la estación, tal como reveló oportunamente enelSubte.
Se cayó una expropiación clave para la obra de la estación Sáenz de la línea H
Los antecedentes
No es la primera vez que se intenta avanzar en la incorporación de buses eléctricos para el transporte público porteño. En 2016, el ex Ministerio de Ambiente de la Nación lanzó una licitación para la adquisición de 400 colectivos eléctricos. Sin embargo, nunca se concretó.
En 2019 se hizo una experiencia piloto, que contemplaba la incorporación de ocho unidades a prueba en las líneas 12, 34, 39 y 59. Finalmente sólo llegaron a circular dos coches Yutong de fabricación china en la línea 59, que fueron devueltos al cabo de un año, ya que la empresa operadora desistió de adquirirlos, según reportó entonces el portal especializado Colectibondi. Otras iniciativas posteriores en tal sentido tampoco prosperaron.
Actualmente, y por fuera de los citados minibuses del Microcentro,Buenos Aires posee un único colectivo eléctrico en servicio regular, que funciona en la línea 28, que es de jurisdicción nacional y es operada por DOTA. Se trata de una unidad prototipo fabricada en el país sobre un chasis Agrale, aunque todos sus equipos eléctricos fueron montados en Gran Bretaña.
Se trata de un notorio contraste con otras ciudades de la región, como Santiago de Chile, donde más del 30% de la flota de autobuses es eléctrica, y aún del Interior del país: Mendoza y San Juan emplean buses eléctricos a batería, mientras que en Rosario y Córdoba operan líneas de trolebús.
Por lo demás, la movilidad eléctrica en Buenos Aires cuenta con escaso desarrollo. En el caso del Subte, no hay obras de extensión en marcha. Solo se contemplan proyectos menores, tales como las obras de puesta en valor de estaciones, la demorada finalización del Nodo Obelisco, y el cierre del loop del Premetro. La licitación de la primera etapa de la línea F aún está en pasos preliminares y no tiene fecha cierta de concreción.
Insólito: ahora la Ciudad admite que los estudios de la línea F ni siquiera están listos