El accidente del pasado viernes entre una formación de pasajeros y un tren de trabajo en la línea San Martín volvió a poner en agenda las demoradas obras de renovación de vías y señalamiento de la línea.
Las informaciones preliminares apuntan a la falta de funcionamiento del sistema de señalamiento producto del robo de cables, combinado con fallas humanas y la carencia del sistema de frenado automático en estado operativo.
Las obras de renovación del sistema de señalamiento y vías de la línea se encuentran virtualmente cajoneadas: desde hace meses que la licitación está pendiente de adjudicación. Las obras, cabe recordar, cuentan con financiamiento confirmado por parte del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Línea San Martín: grave colisión entre una formación con pasajeros y un tren de trabajo
Tal como informó entonces enelSubte, la licitación -apenas la primera del proyecto de modernización integral de la línea, que incluye la postergada electrificación- había sido lanzada en 2022.
En marzo del año pasado se conocieron las ofertas técnicas -se presentó un único consorcio, la UTE Panedile-Siemens Mobility-Herso-Zonis-Concret Nor-, mientras que en junio se dio paso a la apertura del sobre con la oferta económica. Sin embargo, desde entonces la licitación no registra movimientos significativos, demorándose la adjudicación.
Los trabajos licitados comprenden obras de gran importancia para la línea, como la renovación integral de vías, aparatos de vía (ADV), pasos a nivel y obras de arte entre Retiro y Pilar (casi 56 km) y la instalación de un nuevo sistema de señalamiento, control de trenes y sistema automático de protección ATS (Automatic Train Stop).
La actual paralización del proceso licitatorio se ve influida por dos cuestiones. Primero, por el hecho de que desde el cambio de gobierno la Dirección General de Programas y Proyectos Sectoriales y Especiales (DGPPSE) -el organismo que lleva adelante las contrataciones del proyecto, al tratarse de una obra con financiamiento internacional-, se encuentra acéfala.
Segundo, porque toda la obra pública ferroviaria se encuentra paralizada por decisión del Gobierno nacional. Si bien en un primer momento se indicó que el freno afectaría únicamente a las obras con financiamiento corriente, y tal como reveló este medio, finalmente el recorte se hizo extensivo a los proyectos con financiamiento internacional.
El congelamiento no solo afecta a aquellos proyectos aún no adjudicados, como el caso de la obra de vías y señalamiento del San Martín o la reciente cancelación de la licitación para la electrificación de la línea Mitre entre Victoria y El Talar, sino también de proyectos con cierto porcentaje de avance, como el viaducto de la línea Belgrano Sur a Constitución, la reconstrucción de la estación Avellaneda de la línea Roca, o la renovación de vías del ramal Tigre de la línea Mitre. En todos los casos se trata de obras que tenían asignado financiamiento de organismos multilaterales.
Tal como fuera advertido por este medio semanas atrás, la reducción del gasto público sin mayor criterio, que llega a afectar a obras tan prioritarias como a las mencionadas, o aún a erogaciones urgentes para el sostenimiento del servicio, genera un creciente riesgo operativo. La colisión del pasado viernes no es más que una muestra de esta situación.
Estos factores, sumados a numerosas falencias estructurales del sistema ferroviario que provienen de larga data, se traducen en un deterioro cada vez más marcado del servicio, que se ha hecho muy evidente en los trenes metropolitanos en las últimas semanas y que despierta sospechas respecto de una posible estrategia que permita justificar una nueva privatización del sistema.