Los trabajadores del Metro de Londres iniciaron el pasado miércoles una huelga por 24 horas en protesta por la incorporación del servicio nocturno durante los fines de semana, medida que había sido anunciada el año pasado y que comenzará a aplicarse en septiembre, porque entienden que “afecta sus condiciones laborales”.
La normalidad se recuperó recién hoy. La jornada de ayer estuvo marcada por el colapso del transporte de superficie: 428 embotellamientos y kilómetros de cola, un impacto considerable pero menor al de la anterior huelga, realizada a principios de julio pasado. Se atribuye el menor impacto a la disminución del tráfico durante el mes de agosto, en pleno verano boreal.
Transport for London, la compañía que administra todo el sistema de transporte de la capital británica, dispuso servicios de colectivos adicionales para hacer frente a los efectos de la huelga, con 250 unidades más en la calle, a la par que instruyó a unos 600 agentes como asistentes de orientación para el público usuario.
Un posible acuerdo para destrabar el conflicto dependerá de la negociación entre los sindicatos y el Alcalde de Londres. Por el momento, ambas partes permanecen inflexibles en su postura.