A 3 días de las elecciones y cerrada la campaña, el balance de lo debatido por los candidatos políticos por la Ciudad en relación al transporte público y al subterráneo porteño. Sobraron críticas. Faltaron propuestas.
En la primera semana de mayo se inauguraron, con un retraso del 500% en los plazos de las obra, los tres ascensores para discapacitados en la céntrica estación de la línea B. Sin embargo, a menos de dos semanas de su puesta en servicio, fueron clausurados. Aún no han sido reabiertos.
La nueva tarjeta, a modo experimental, fue lanzada el viernes pasado. A 3 días de su puesta en funciones ya se han registrado personas que la venden en la vía pública, cuando su distribución es gratuita. Admiten no poder controlar la situación.
En el primer día de expendio se entregaron 15 mil tarjetas SUBE de un total de 50.000, las que utilizarán la red de Monedero hasta que el sistema esté instalado por completo. Se registraron demoras de hasta una hora y media en las filas, y gran confusión entre los usuarios.
Presidencia había prometido en febrero que el Sistema Unico de Boleto Electrónico (SUBE) estaría listo en 90 días. Luego, se postergó al 22 de junio. El retraso continuó, y la proximidad de las elecciones obligaron a emitir la orden de recolectar las redes prepagas que existen y unirlas para simular durante los 7 días anteriores a los comicios la prueba piloto de un sistema que aún no existe de forma independiente.
Se está finalizando la renovación estética de buena parte del nudo de combinación Independencia C-E. Esto significa la colocación de nuevas baldosas y el repintado de las paredes y techos tanto del pasillo como de una de las estaciones.
Mientras en el resto de las estaciones de la línea más antigua de Buenos Aires los trabajos de modernización ya están terminados o se encuentran paralizados, en la ex Terminal de la línea A las obras continúan.
Mientras el servicio subterráneo registró un récord histórico de pasajeros transportados, gran parte de los demás servicios de transporte público han registrado las primeras bajas desde la crisis del 2001.
En las líneas 5, 101, 50 y 8 (ex 86) ya se puede pagar con el sistema que es propio de Roggio para el pago de los subterráneos. Es parte de la pelea para ver quién se queda con el SUBE.
MVSA anunció el Wi-Fi en el Subte como el adelanto tecnológico que poco más justificaría su concesión. Un año después de instalado, ya no funcionaba. Y ahora hace meses que lo hace muy esporádicamente.