enelSubte.com: ¿Qué evaluación hacen a más de un año de la introducción de los elementos diseñados por ustedes para el Subte?
Andrés Borthagaray: Nosotros habíamos hecho un convenio con el GCBA y por eso dimos lo que habíamos estudiado en Ciudad Legible, hicimos pruebas piloto en la línea 132 de colectivos y como parte de ese convenio se hizo lo del Subte. Hicimos unos focus group con usuarios de la red para evaluar el desempeño de lo que incorporamos. Todos le dan una importancia muy grande a cómo la información puede contribuir a mejorar la experiencia de viaje: eso, si bien no va a resolver todos los problemas del desplazamiento, puede ayudar mucho.
eeS: ¿Cuáles creen que son las debilidades y fortalezas de estos elementos?
AB: Una de las debilidades es que los carteles están donde pueden, lo que no siempre coincide con donde deberían. Entonces hay gente que no los ve, aunque se va tomando gradualmente conciencia de su existencia. Si no saben que existen tampoco los buscan. Sería bueno que hubiera alguna campaña de información en los televisores o con modo gráfico para que los usuarios aprendan a ver esos códigos.
La fortaleza es que quienes lo logran ver, en general, entienden la información. Ahí hay todo un sistema de selección, de lo que se pone y lo que no se pone… Si uno pone todo lo que podría poner, sería tanta información que no se podría ver. Por supuesto, si pudiera estar ubicada en lugares más centrales sería mejor. Tal vez los códigos podrían mejorar. Antes quizás era muy autorreferencial la información, no hablaba de los colectivos ni de lo que tenés peatonalmente alrededor ni de las salidas: ahora hay más información.
eeS: ¿Creés que hubo distancia entre lo que ustedes diagramaron y lo que efectivamente se emplazó en las estaciones?
AB: Concretamente nosotros habíamos planteado la idea general y los antecedentes y lo presentamos a un grupo de jovenes que estaba trabajando con el GCBA en desarrollo de señales. Ahí hubo un trabajo muy grande de recopilar datos acerca de todo lo que hay alrededor de cada estación para el desplazamiento peatonal, es decir, lo que se ubica a una distancia de cinco minutos a pie. Dentro de las estaciones utilizamos espacios disponibles, que no son siempre los que hubiéramos deseado.
eeS: ¿Cómo fue la interacción con la señalética actual diseñada por el Estudio Shakespear y con el Estudio en concreto?
AB: Nosotros habíamos pensado un sistema originalmente con los colectivos. Cuando quisimos llevarlo al subte tomamos algunos de esos códigos tratando de integrarlos con las referencias que ya existían. Diría que la interacción fue muy buena. Inclusive Ronald [Shakespear] había escrito un artículo para la Ciudad Legible de los antecedentes históricos de la señalización, así que lo tuvimos mucho en cuenta. Ellos tenían un antecedente importante en el Subte, a eso le faltaba información complementaria pero se dio una integración bastante buena y un diálogo fluido.
eeS: ¿Qué observaciones hace usted de la actual señalética del Subterráneo?
AB: Respecto al Subte creo que es una información bastante sintética la que se brindaba, con buena calidad visual. Creo que el trabajo es muy bueno pero si uno se pone en el lugar de la gente que viaja, que va pasando de un medio a otro es más complejo. Esto tiene que ver con las competencias de quienes piden que se haga un sistema de información, porque se parte de una concepción fragmentaria, donde faltan algunas piezas. Por eso lo que intentamos pensar es un sistema de transporte metropolitano, donde uno pueda desplazarse de un medio a otro con referencias comunes. La red de Subte es fundamental, pero como parte de una red más grande.