Usuarios de transporte público advierten que el Grupo DOTA eliminó una línea de colectivos y recortó el recorrido de otra, en ambos casos sin autorización oficial.
Se trata de dos líneas de jurisdicción nacional: la 75 (Retiro – Lanús), que dejó de prestar servicio a partir de este lunes 1° de diciembre, y la línea 56 (Retiro – Ciudad Evita), que desde hace semanas recortó su recorrido en Plaza de los Virreyes, abandonando la traza entre ese punto y Retiro.
Ambas líneas son operadas por compañías satélites del Grupo DOTA, la 75 por El Puente -que fue adquirida por DOTA hace pocos meses atrás– y la 56 por Transportes Lope de Vega.
En el caso de la 56, el recorte del recorrido se efectivizó en las últimas semanas de noviembre, sin que mediara ningún anuncio al respecto por parte de la empresa. El hecho tomó por sorpresa a los usuarios de la línea, que ya juntaron más de cinco mil firmas para pedir la reactivación del servicio en toda su extensión.
Diversos medios especializados se hicieron eco de los reclamos realizados ante la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT), ya que la supresión del tramo Virreyes – Retiro se hizo sin el visto bueno de la autoridad de aplicación. Sin embargo, al menos hasta el momento, la línea continúa operando desde y hacia Plaza de los Virreyes únicamente.
El caso de la 75 es algo diferente. En primer término, porque ya hace varios meses que la línea no respetaba su recorrido completo y cubría únicamente el tramo entre Plaza Once y Lanús.
A su vez, y tal como explicó enelSubte, porque la empresa presentó en agosto pasado un pedido formal para suprimir la línea, conservando en operación únicamente el tramo entre Lanús y la estación Hospitales de la línea H, que pasaría a circular como ramal de la línea 32.

Este trámite, sin embargo, todavía está pendiente de aprobación por parte de la Secretaría de Transporte de la Nación. A la fecha, la resolución autorizando el cambio no ha sido publicada en el Boletín Oficial.
La eliminación del 75 es un tema particularmente delicado. Semanas atrás, cuando la Ciudad decidió autorizar la supresión de la línea 23, y ante el reclamo de los vecinos por la pérdida de conectividad entre Boedo y Retiro, el informe técnico argumentó que el recorrido quedaba cubierto por el 75, que ahora dejó de circular.
Proyectan la eliminación de la línea 75 de colectivos y cambios en la 128 y 158
Vale notar que no es la primera vez que sucede una situación de estas características. Meses atrás, el propio Grupo DOTA abandonó las prestaciones de la línea 421, de jurisdicción provincial, ante la pasividad de las autoridades.
A su vez, la citada eliminación de la 23, si bien fue autorizada oficialmente, estuvo precedida por varios meses donde la línea fue suprimida de hecho, llegando a circular con un solo coche. La merma de pasajes provocada por este abandono de la operación fue utilizada como argumento por la empresa para solicitar su posterior supresión.
Estas prácticas, desde ya, distan de ser privativas de DOTA: en las últimas semanas, el Grupo Metropol ha hecho lo propio con la línea 163 (Primera Junta – San Miguel), cuyo recorrido fue recortado en Liniers y solo llega a Primera Junta en horario nocturno.
Antes bien, parecen ser representativas del actual momento del transporte automotor, signado por una acentuada concentración empresaria en este mercado y una autoridad de aplicación cada vez más débil, que enfrenta crecientes dificultades para garantizar que se cumplan los parámetros de lo que, al fin y al cabo, no son otra cosa que concesiones de servicios públicos.
El imparable crecimiento del Grupo DOTA y el futuro del transporte en el AMBA


