Minutos antes de las 20 del pasado jueves 4, la línea C vio interrumpido su funcionamiento al originarse un principio de incendio en uno de los cajones de batería ubicados debajo de los asientos de un coche cabina, identificado con el número 1207. La información preliminar permite deducir que al sobrecalentar las baterías, las mismas entraron en cortocircuito.
Al detenerse el tren en la estación San Juan, los pasajeros comenzaron a advertir la salida del humo, autoevacuándose de la formación. Una vez levantado el asiento por el conductor y el guarda, y en contacto con el oxígeno se produjo la combustión y aparecieron las primeras llamas. El fuego pudo ser atacado con rapidez gracias a los matafuegos reglamentarios.
La ubicación de las baterías debajo de los asientos en los trenes Nagoya había sido objeto de serios cuestionamientos por parte de la auditoría realizada por Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) en el último trimestre de 2012.
En concreto, el documento elaborado por los técnicos catalanes aseguraba: “Las baterías del tren se encuentran alojadas en el interior del salón debajo de los asientos del pasaje, sin ventilación. Existe un peligro latente de explosión por el hidrógeno que se desprende de la electrolisis. Es preciso ubicar las baterías fuera de la zona de pasaje y ventiladas”. Tal advertencia fue listada bajo el rótulo “Nivel 1 – Crítico”, recomendando a SBASE inmediata actuación sobre este aspecto, algo que fue ignorado por la estatal.
En diálogo con enelSubte.com, el secretario de Salud Laboral de la AGTSyP, Francisco Ledesma, confirmó que, pese a los constantes reclamos de los trabajadores, el cambio recomendado por la auditoría barcelonesa solo se realizó en uno de los trece trenes asignados a la línea.