Conforme recrudece el verano porteño y aumentan las temperaturas, se multiplican las quejas por el calor en la línea B. El incremento de la temperatura ambiente se hace sentir particularmente en las estaciones, que carecen de adecuados sistemas de ventilación, y en los trenes, tanto en los viejos Mitsubishi como en los no tan viejos CAF 6000, que a pesar de contar con refrigeración suelen salir a la línea con los equipos apagados con el fin de disminuir el consumo.
Históricamente mal ventilada debido a defectos de construcción e incluso a la negligente obstrucción de las pocas ventilaciones que había, hoy la B se ha transformado en la más calurosa de todas las líneas del Subte.
El reclamo se hace sentir con fuerza entre los usuarios, sobre todo luego de que la línea estuviera funcionando durante casi un año con un cronograma de servicio reducido cuya razón oficial fueron las “obras para la puesta en marcha de trenes con aire acondicionado”, aunque en realidad se tratase de obras de adaptación de la línea a una flota de coches incompatibles.
Pero casi un año después de que esas obras terminaran y que la línea retomara su horario de funcionamiento habitual, puede comprobarse fácilmente que no se ha hecho absolutamente nada en el ámbito de la ventilación y que apenas cinco trenes con aire acondicionado –de un total de catorce comprados– se encuentran en funcionamiento. Para peor, dado el alto consumo energético de esas formaciones, es muy extraño que los cinco estén funcionando al mismo tiempo. Cuando lo hacen, circulan con la refrigeración apagada. La situación se torna dramática al considerar que estos trenes poseen ventanillas de paño fijo, que no pueden abrirse.
Fue el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta quien en plena campaña lanzó una afirmación temeraria: que se habían hecho obras de ventilación en la línea B para que pudiesen funcionar sin problemas los trenes con aire acondicionado. Nada más alejado de la verdad: esa obra jamás pudo haberse terminado, porque nunca se inició: ni siquiera se licitó.
Inexplicablemente, en medio de la urgencia, la ola de calor y la demanda ciudadana, SBASE acaba de licitar la adecuación de los sistemas de ventilación en las líneas A y C, pero nada en la B, pese a que en 2014 se había hablado de una obra de 500 millones de pesos y a que en 2013 se había anunciado la realización de estudios para diseñar la ventilación necesaria.
De momento, solo cuentan con ventilación las cuatro estaciones más nuevas de la línea (Tronador, Los Incas, Echeverría y Rosas) y dos del tramo antiguo: Pasteur y Callao, cuya ventilación instaló Metrovías a principio de la década del 2000. El resto de las estaciones, de acuerdo al plan trazado por Juan Pablo Piccardo, presidente de SBASE que aspira a continuar en su cargo, podrían recibir estas obras recién para 2019. Mientras tanto, los usuarios deberán seguir esperando.