Subterráneos de Buenos Aires (SBASE) estima que deberá invertir 700 millones de pesos en la extensión de la línea E, una vez que se haga efectiva la transferencia de la obra por parte del Estado Nacional, quien se encargó de las ya finalizadas obras civiles.
Dicho monto surgiría de la sumatoria de las obras de potencia, señalamiento y vías necesarias para que ese tramo de 2,3 km entre Plaza de Mayo y Retiro pueda comenzar a funcionar. Cabe recordar que la licitación de las obras de potencia fue lanzada semanas atrás por la Ciudad y contempla la construcción de dos subestaciones eléctricas (Correo Central y Lacarra) y la instalación de una polémica catenaria rígida (idéntica a la colocada en la línea B) en los nuevos túneles. Este contrato implica una inversión en torno a los 250 millones de pesos.
Las vías, en tanto, ya fueron adjudicadas a Roggio, controlante de Metrovías y constructora de la extensión, quien el año pasado adujo contratiempos en la importación de los clips Pandrol necesarios para fijar los rieles a los durmientes. Otras obras de menor envergadura, pero igual de necesarias a encarar, son “la ventilación forzada, las escaleras mecánicas, los ascensores y el sistema contra incendios, molinetes y cartelería”, consignó el diario Perfil en su edición del domingo. Asimismo, se construirían dos accesos adicionales: uno en Correo Central, que vincularía el Subte con el vestíbulo del Centro Cultural Kirchner y otro en Retiro, que brindaría conexión con el lobby de la estación Retiro Mitre, actualmente en refacción y ampliación.
SBASE estima que la extensión le añadirá a la históricamente subutilizada línea E un 25% de pasajeros adicionales, aproximadamente. Tal como en todos los otros proyectos de ampliación de esta línea inaugurada en 1944, el objetivo es reorientarla, buscarle pasajeros y darle algún tipo de justificación. La incógnita continúa siendo el material rodante con que será servida, ya que la reforma de los General Electric que actualmente circulan en esta línea fue cancelada por la Ciudad. Se especula que para cuando se habilite, hacia fines de 2017, serán transferidos a ella los Fiat Materfer que actualmente corren en las líneas A y D, donde serán reemplazados por coches cero kilómetro de CNR y Alstom, respectivamente.
Días atrás el Ministro Randazzo, acompañado del postulante FPV a la Jefatura de Gobierno, Mariano Recalde, habían recorrido las obras y destacaron que Nación lleva invertidas en las mismas, que empezaron en 2007, unos 1200 millones de pesos.