La formación CAF 5000 “Z”, equipada con aire acondicionado, realizó pruebas dinámicas en la noche del pasado martes en el tramo Federico Lacroze – Dorrego con el fin de verificar posibles inconvenientes con la catenaria rígida, tal cual anticipó este medio.
Las pruebas arrojaron un resultado previsible: en ese tramo de la línea B, en el que la catenaria se debiera ubicar a la altura estándar de 4,10 m, la distancia que separa el techo de los coches del riel eléctrico es de apenas diez centímetros. Dado que la formación “Z” no cuenta con pantógrafos instalados, ya que fue adaptada para alimentarse por tercer riel, la prueba realizada se limita a verificar la distancia del techo al riel suspendido.
El testeo vuelve a confirmar lo informado por enelSubte.com en julio pasado: en los tramos críticos, donde la catenaria se ubicará a 3,95 m de altura, los CAF 6000 enfrentarán problemas de circulación de no mediar obras de mitigación debido a la escasa separación (7 cm) entre el techo del coche y el hilo de contacto, sin contar el despliegue de los pantógrafos. Originalmente SBASE había licitado la obra a 3,90 m, altura incluso inferior al mínimo teórico para el funcionamiento de los coches españoles.
Incluso con la nueva altura quedan interrogantes sobre la compatibilidad con el gálibo dinámico de los coches en algunos sectores. Según pudo saber este medio, la colocación de la catenaria rígida continuará en sentido hacia Rosas con el objetivo de realizar nuevas pruebas de altura en sectores comprometidos.
Cabe recordar que cuando se decidió la compra de estos 12 coches adicionales de la serie 5000, que cuentan con aire acondicionado, SBASE aún no había determinado la colocación de catenaria rígida en la línea B. Tras la imprevista decisión de cambiar el sistema de alimentación, los 12 coches CAF 5000 tendrán que ser readaptados para catenaria mediante la colocación de pantógrafos tal como estaban hasta hace poco tiempo.
Aunque “todo es técnicamente solucionable” como lo indica un informe publicado por este medio, cabe preguntarse entonces si no hubiese sido mejor ahorrarse costosas obras y traumas innecesarios comprando trenes nuevos que cumplieran con los requerimientos de la línea B, a igual costo.