Las líneas Urquiza y Belgrano Norte podrían continuar en manos Metrovías y Ferrovías al menos hasta marzo de 2023, de no mediar una decisión contrarreloj del Ministerio de Transporte que frene la prórroga por 18 meses que se aplicará en forma automática el próximo 1° de octubre. Esto a pesar de que la concesión de Metrovías se encuentra vencida desde 2017 y la de Ferrovías desde 2018.
Fuentes oficiales consultadas por enelSubte aseguraron que “no hay marcha atrás” respecto de lo anunciado extraoficialmente hace algunos meses y que la “decisión política” de que ambas líneas pasen a ser operadas por Trenes Argentinos Operaciones (SOFSE) “está firme”.
Sin embargo, hasta el momento nada ha ocurrido para que esa decisión se haga efectiva ni tampoco se ha dado de baja el polémico proceso de reconcesión heredado de la gestión anterior.
La posibilidad de que ambas líneas pasaran al Estado a partir del próximo mes ya había quedado descartada hace tiempo: a pesar de que se sabía que las concesiones se encuentran caducas y se aproximaba el vencimiento de la última prórroga precaria, no se habían instrumentado medidas para el traspaso del personal ni para que la SOFSE asumiera la operación.
La novedad es que ahora también quedaría descartada la posibilidad de otorgar una “prórroga corta” hasta los primeros meses del año próximo –versión que había sido deslizada por el presidente de la SOFSE, Martín Marinucci–, que hubiera servido para realizar una transición ordenada a la gestión estatal. En este caso, se trataría de una medida en espejo de la extensión precaria otorgada a Ferroexpreso Pampeano en el caso de las concesiones de cargas, cuyo contrato vencía en noviembre de este año y fue ampliado hasta junio de 2022.
Si bien las concesiones de Metrovías y Ferrovías se encuentran vencidas desde hace años, el ex ministro Guillermo Dietrich les otorgó una prórroga por 18 meses en vistas a volver a privatizar la operación del Urquiza y el Belgrano Norte. Cumplido ese plazo Mario Meoni volvió a prorrogarlo por otro año y medio, con el agregado de prórrogas automáticas sucesivas por igual plazo.
Según pudo saber este medio, si bien en la SOFSE siguen manejando la hipótesis de la “prórroga corta”, hoy por hoy en el Ministerio de Transporte –de quien depende formalmente la decisión– se decantan por dejar que se active la extensión automática hasta marzo de 2023.
Así las cosas, y de no mediar una improbable resolución de última hora –que, de acuerdo con versiones periodísticas, ya estaba “en borrador” hace varios meses– Metrovías y Ferrovías se encaminan a una nueva prórroga de 18 meses, con lo que la definición sobre el futuro de ambas líneas quedaría para más adelante. En teoría, al tratarse de extensiones precarias, el Estado podría decidir retomar el control de las líneas antes de ese tiempo, pero no hay ninguna precisión al respecto.
Íntimamente ligada con esta prórroga está la continuidad del proceso de licitación para seleccionar nuevos concesionarios iniciado durante la gestión Dietrich, en virtud del cual se justifica la continuidad precaria de Ferrovías y Metrovías: la reversión de la operación al Estado que habría correspondido se descartó, precisamente, porque las líneas serían entregadas a un nuevo operador privado.
El proceso abierto por Dietrich no se ajusta al marco legal vigente y hasta los propios interesados potenciales hicieron saber que lo consideraban inviable. La actual gestión mandó a rehacer los pliegos para readecuarlos, pero no hubo avances. De manera inexplicable, y a pesar de que las autoridades repiten que será la SOFSE quien asuma la operación de ambas líneas, el proceso de reconcesión macrista aún no ha sido dado de baja.
En la determinación de no tomar ninguna decisión con respecto a la prórroga y a la licitación parece haber tenido especial peso el contexto electoral, aunque no cabe descartar otros factores. El Gobierno quiere evitar a toda costa aparecer estatizando servicios, aunque en rigor –como recordó el propio Marinucci– no se trata de un avance sobre el sector privado ni tampoco formalmente de una estatización: apenas de la no extensión de unos contratos de concesión que ya llevan entre tres y cuatro años vencidos, en líneas donde el Estado ya cubre la práctica totalidad de los costos de explotación y las obras de infraestructura.
A meses de la “decisión tomada” de que Trenes Argentinos Operaciones (SOFSE) recupere la gestión del Urquiza y el Belgrano Norte, las únicas líneas ferroviarias del Área Metropolitana de Buenos Aires que permanecen concesionadas –separadas del resto de la red no sólo en términos comunicacionales y operativos, sino también de inversiones–, la única novedad es que la inacción oficial se encamina a desembocar en una nueva prórroga de los actuales concesionarios. En un ministerio caracterizado por la dilación de plazos, la comodidad de no tener que tomar ninguna decisión hasta 2023 puede provocar que el futuro de ambas líneas se defina recién en el próximo ciclo electoral.