El secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, inició una nueva visita al extranjero para comprar material rodante y evaluar proyectos de infraestructura ferroviaria. Esta vez, el secretario se dirigió a Rusia, donde se quedará hasta el 15 de junio para escuchar propuestas de compra de material rodante nuevo para el Subte y un proyecto de electrificación del ferrocarril San Martín, que une Retiro con Pilar.
El embajador argentino en Rusia, José María Verene, detalló que Schiavi llegará acompañado por 11 técnicos especializados en el tema de ferrocarriles y subtes. Además de los proyectos mencionados, también se evaluará la integración ferroviaria con Chile a través de la Cordillera de los Andes mediante el proyecto “Bioceánico Aconcagua”. “Serán reuniones del más alto nivel con el presidente de Ferrocarriles de Rusia, Vladimir Yakunin”, explicó el diplomático argentino.
A cambio de la cooperación rusa en materia ferroviaria, la Argentina transferiría tecnología para fabricar maquinaria agrícola. Además, el embajador adelantó que el 14 de junio arribará a Moscú una delegación de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) “para intercambiar información estrictamente técnica, dado que los países firmaron un programa de cooperación en materia nuclear”, recordó.
Números que no cierran
Estos posibles acuerdos generan dudas dado que estos mismos proyectos habían sido ya acordados con China. En lo que respecta a la línea San Martín, el Gobierno nacional se encarga de anunciar periódicamente desde 2004 que dicho ferrocarril será electrificado por empresas chinas, que además proveerán 24 locomotoras eléctricas y 160 coches remolcados. Un proyecto semejante había estudiado Ferrocarriles Argentinos en los años 80 en conjunto con la entonces Unión Soviética para electrificar el San Martín: el uso de locomotoras eléctricas remolcando a los coches Materfer, en servicio entonces al igual que en estos días, abarataría sensiblemente los costos de la obra. No obstante, el proyecto que la gestión kirchnerista rubricó con China incluye la provisión de coches remolcados nuevos para, en un futuro, emplear Unidades Eléctricas Múltiples (EMU, por sus siglas en inglés) como sucede en los ferrocarriles Roca, Sarmiento, Urquiza y Mitre.
En materia de subterráneos resulta difícil comprender la necesidad de comprar material rodante en Rusia cuando el Gobierno anuncia, también desde que en 2004 el presidente chino Hu Jintao visitó nuestro país, que existe un acuerdo para la compra de 279 coches nuevos a la estatal china CITIC. En 2008, el ex secretario de Transporte Ricardo Jaime intentó reflotar ese convenio, pero una denuncia presentada por la Coalición Cívica por presuntos sobreprecios frenó la operatoria. Dicha denuncia se basó en un informe publicado entonces por enelSubte.com, que tuvo amplia difusión en los medios masivos de comunicación. En febrero de 2010, Schiavi anunció que se intentaría nuevamente avanzar con el acuerdo, comenzando por una insuficiente tanda de 45 coches para la línea A por un valor anunciado de 83 millones de dólares. Sin embargo, en el Boletín Oficial número 30.739 se publicó el decreto 118/2010 que ratificaba los convenios firmados con CITIC por Transporte. En la norma, se especifica que esos 45 coches tendrán un valor final de 99.963.000 dólares. Al mismo tiempo, el Gobierno reactivó la remodelación de 86 coches Siemens en distintas empresas, que serán seguidos por los 64 coches GEE asignados a la línea E. También se anunció que se comprarían tres formaciones Alstom Metrópolis adicionales para la línea D, y así destinar igual número de equipos Materfer a la línea A para reforzar a la centenaria flota La Brugeoise -95 coches acoplados en 19 formaciones de cinco coches cada una- que se pretende reemplazar con los coches comprados a CITIC -45 coches que formarían nueve trenes de cinco coches-. Contando con toda esta batería de acuerdos parece innecesario comprar coches en Rusia, máxime cuando el secretario de Transporte dejó en claro, en ocasión de los festejos por el Bicentenario, que la Nación no invertiría en el Subte de Buenos Aires más allá de la extensión de la línea E.