La línea Roca sufrirá un severo recorte de sus servicios eléctricos a partir del 8 de mayo próximo debido a obras, informó Trenes Argentinos Operaciones (SOFSE). La medida implica una disminución del 30% de los servicios.
Con los nuevos horarios, el ramal La Plata contará con una frecuencia de 40 minutos entre trenes, en vez de los 24 actuales. En tanto que los ramales Ezeiza, Alejandro Korn (antes con frecuencia de 12 minutos), Bosques vía Quilmes y Bosques vía Temperley (antes con frecuencia de 14 minutos) lo harán cada 20.
Desde la empresa destacaron que este diagrama garantiza una frecuencia de 10 minutos entre Plaza Constitución y Temperley y de 20 minutos entre Plaza Constitución y Berazategui.
Oficialmente este diagrama estará vigente durante tres semanas, aunque la envergadura de las tareas, sumado al hecho de que la empresa publicó alternativas de viaje en la página web -algo que no sucede con interrupciones breves– hace prever que la vigencia de los nuevos diagramas se extenderá más allá de este plazo.
👉🏻Los ramales La Plata y Bosques vía Quilmes tendrán una frecuencia de 40 minutos y entre P. Constitución y Berazategui de 20 min.
👉🏻 Los ramales Ezeiza, Alejandro Korn y Bosques vía Temperley tendrán una frecuencia de 20 minutos y entre P. Constitución y Temperley de 10 min. pic.twitter.com/DTRsZslR93
— Trenes Argentinos (@TrenesArg) April 26, 2024
Según informó Trenes Argentinos, la causa del recorte es la realización de obras urgentes en el viaducto de Barracas, a la altura de la intersección con la calle California.
De acuerdo con la empresa, los trabajos se ejecutarán “sobre el arco 21 del viaducto”, debiendo interrumpirse la circulación de trenes sobre las vías 1 y 2 (lateral este). Las tareas a ejecutar incluyen “el desarme de la vía, el retiro de la piedra balasto, la demolición de la mampostería afectada, la recomposición del arco mediante hormigonado, la adecuación de los desagües, el rearmado del tendido de vías y la restitución de la geometría de vía”, explicaron desde la SOFSE.
No es el único sector del viaducto que experimenta deterioro: según pudo saber este medio, situaciones similares se dan en la estación Hipólito Yrigoyen -ubicada a pocos metros del área a intervenir-, que se encuentra cerrada desde diciembre pasado por obras nunca informadas públicamente.
Fuentes de Trenes Argentinos confirmaron a enelSubte que a pesar de que la estación cerró hace ya casi cinco meses, las obras nunca comenzaron y se encuentran en jurisdicción de la ADIF, que al momento no las ha licitado. Se trata de un nuevo episodio de descoordinación entre las empresas ferroviarias, un fenómeno que dista mucho de ser nuevo.
No se trata del único episodio de falta de coordinación que rodea a la obra: la clausura temporal de las vías 1 y 2 podría ser aprovechada como ventana de trabajo para acelerar las obras de elevación definitiva de los andenes 1 y 2 de la estación Avellaneda (Darío Santillán y Maximiliano Kosteki), próxima a cumplir nueve años con plataformas provisorias y ubicada pocos metros más al sur del sector afectado.
Sin embargo, los trabajos -que habían comenzado a ejecutarse a fines del año pasado, tras años de demoras- se encuentran completamente paralizados luego de haberse ejecutado sólo una pequeña parte debido a la decisión del Gobierno nacional de frenar todas las obras ferroviarias. Esto ocurre a pesar de que los trabajos cuentan con financiamiento internacional por parte del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Preocupante: también se paralizan las obras ferroviarias con financiamiento internacional
Cabe destacar que este recorte del 30% de los servicios se hace sobre un diagrama ya acotado: en enero pasado la línea Roca había sufrido una reducción del 10% de los servicios eléctricos. Esto implicó la cancelación de unos 70 trenes y la suspensión de los últimos trenes nocturnos que se habían recuperado en la pospandemia. El Roca no fue la única línea afectada: medidas similares fueron adoptadas en las líneas Belgrano Sur, Sarmiento y Mitre, esta última notoriamente afectada en las últimas semanas.
La seguidilla de recortes y la progresiva degradación de los servicios expone la delicada situación en la que se encuentra el sistema ferroviario. Los trenes metropolitanos, diésel y de larga distancia se ven afectados por una paralización de erogaciones presupuestarias que no distingue grado de avance ni fuente de financiamiento. El freno a adquisiciones con alto grado de urgencia como los repuestos para los coches motores de la línea Belgrano Sur –licitación recientemente declarada fracasada– afecta la disponibilidad del material rodante y se traduce en múltiples cancelaciones de servicios.
En un contexto en el cual la única política a aplicar parece ser la fiscal, se aleja la posibilidad de avanzar en proyectos clave, como la demorada compra de 200 coches eléctricos adicionales que oxigenarían el material rodante de la línea Roca.
Con la inversión paralizada, la calidad del servicio disminuye y se levantan sospechas sobre un posible deterioro deliberado que opere en el futuro cercano como una justificación para avanzar en una nueva privatización de los ferrocarriles. Vale notar que si bien la cantidad de empresas a privatizar en la nueva ley ómnibus se redujo, las vinculadas al ferrocarril continúan en la lista.