La Asociación Latinoamericana de Metros y Subterráneos (ALAMyS) emitió una declaración donde expresó su preocupación por la situación generada por la pandemia de COVID-19 sobre el transporte público.
El documento de la asociación, formada por 43 sistemas de metro y trenes ligeros de Iberoamérica, advierte sobre el “difícil panorama [que] podría poner en peligro la continuidad de la operación de nuestros sistemas, aún cuando ha sido el transporte público el motor movilizador para quienes cumplen labores esenciales”.
La declaración advierte que para el transporte público “las consecuencias han sido devastadoras […] especialmente en el [aspecto] financiero, por las importantes bajas en los viajes […] La afluencia de pasajeros ha disminuido en un 83% en los sistemas agrupados en ALAMyS”. El Subte porteño, miembro de la asociación, no es la excepción: en marzo registró una caída del 49% y en abril una más pronunciada aún, del 97%.
La preocupación de las distintas empresas administradoras de las redes de metro se acentúa por “la incertidumbre sobre la fecha en que podría normalizarse el libre tránsito de las personas y, por consiguiente, la demanda de nuestros sistemas”.
El documento finaliza con un llamamiento a “una coordinación estrecha” y al “diálogo” con los gobiernos locales y convoca a “tomar acciones conjuntas que […] nos permitan sobrellevar de la mejor manera posible este difícil momento a causa de la emergencia sanitaria a nivel mundial”.
La declaración lleva la firma del presidente de Subterráneos de Buenos Aires (SBASE), Eduardo de Montmollin, quien es además el presidente pro tempore de ALAMyS. De Montmollin fue elegido para el cargo en la asamblea que la asociación realizó en Barcelona en noviembre de 2017.
