Las estaciones inauguradas durante la última década con la extensión de la red de subterráneos fueron construidas con el método denominado cut & cover, lo que les da la particularidad de tener techos altos. Allí decidieron los arquitectos colocar las luminarias, lo que les otorga un toque de amplitud e impactante luminosidad.
Son los casos de las cuatro últimas estaciones de la línea D, como así también de las dos últimas de la línea B. En sus techos se ubican los tubos fluorescentes lumínicos que, si bien son de larga duración, en algún momento dejan de funcionar y deben ser reemplazados.
Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado, empresa del Gobierno de la Ciudad y propietaria de toda la red de subterráneos, es la encargada de construir con recursos de los contribuyentes todas las nuevas líneas y estaciones. Corren por su cuenta desde el estudio y la planificación de las obras hasta su ejecución, incluyendo la colocación de accesorios de señalética e iluminación.
Recién entonces las instalaciones pasan a ser administradas por Metrovías S.A., que según lo establecido en el contrato de concesión debe abogar por la operación y el mantenimiento de la infraestructura a su cargo. En el caso de las nuevas estaciones de la línea D, SBASE hizo entrega de las mismas en perfectas condiciones. Metrovías, sin embargo, encontró dificultades para cambiar las luminarias ubicadas en los techos, logrando hoy tener estaciones en penumbras al no producirse el recambio de ninguna de ellas.
El mismo futuro parecían correr las estaciones Tronador y Los Incas de la línea B. Pero Metrovías encontró la solución, adecuada o no, a los problemas.
Primero encaró la situación comenzando por la línea D, en Congreso de Tucumán.
(Congreso de Tucumán en penumbras)
Allí se hizo la instalación a modo de prueba de tensores que recorren de punta a punta los techos, los cuales servirán para deslizarse a través de ellos y cambiar los tubos fluorescentes.
Luego comenzaron con el resto de las instalaciones hasta llegar a Los Incas, la última estación en inaugurarse —en el año 2003—. La particularidad de la imponente estación es que, junto a Tronador, eran las únicas que aún no tenían relojes publicitarios digitales ni televisores. En los últimos días no sólo se instalaron los tensores para cambio de luces, sino también los televisores y los relojes a través de los cuales la ganancia en publicidad es incrementada.
(Los Incas, aún sin contaminación visual)
(Los Incas, aún sin contaminación visual)
(Los Incas, con sus nuevos tensores, relojes y televisores)
(Los Incas, con sus nuevos tensores, relojes y televisores)
También en shoppings, teatros y demás edificios modernos se colocan luminarias en techos igualmente altos. Para cambiarlas existen equipos elevadores autónomos, los cuales son como carros eléctricos individuales que elevan una plataforma hasta la altura deseada. Metrovías posee este aparato, pero curiosamente decidió llevar a cabo estas innovaciones en las alturas.
Como parte de la renegociación del contrato de concesión, Metrovías ahora es beneficiada entre otras cosas por entregas periódicas que le realiza el Estado nacional de tubos fluorescentes para su cambio, quedando limitada la responsabilidad de la empresa sólo a la tarea de colocación de los mismos
Con el correr del tiempo Subterráneos de Buenos Aires notó que se dificultaba el cambio de luminarias en techos altos, por lo que modificó el diseño de sus estaciones, bajando las luces a través de unos tensores de hierro desde los techos, a unos dos metros y medio de alto desde nivel andén.
Este nuevo diseño fue implementado por primera vez en las nuevas estaciones de la línea H, la cual está próxima a inaugurar sus nuevas 5 estaciones. La ubicación facilitará la tarea del cambio de luminarias para la futura concesionaria provisional de la flamante línea.
(Estación Humberto Primo con sus luminarias cerca de los andenes)
(Novedosos sistemas lumínicos alumbran Inclán)