El gobierno de Mendoza, que conduce Alfredo Cornejo (UCR/Cambiemos), avanza en su proyecto de abrir la Empresa Provincial de Transporte (EPTM) a la participación del capital privado, tal como adelantó este medio meses atrás.
De acuerdo con el proyecto impulsado por la administración Cornejo, la EPTM se transformaría en una SAPEM (Sociedad Anónima con Participación Estatal Mayoritaria), lo que permitiría inyectar fondos privados y facilitar la reducción de personal. Según el titular de la empresa, Leopoldo Cairone, la EPTM “puede ser una especie de sociedad anónima con todo el paquete accionario a manos del Estado, pero que sea mucho más ágil, y que permita reducir la cantidad de gente que se necesita, derivándolos a otras reparticiones públicas”, a la vez que aseguró que pese a que hay “un sobrante de 150 personas […] nadie perderá el trabajo”.
Otro de los argumentos esgrimidos por el gobierno para la privatización parcial es que la compañía estatal “es sumamente ineficiente”. En este sentido cabe señalar que el tipo societario ideal para dotar de mayor libertad a la empresa sería el de Sociedad del Estado. No obstante, esta modalidad no permitiría el ingreso de capital privado, que parece ser el objetivo principal del Estado provincial.
La apertura del sector del transporte estatal a la inversión privada no es una originalidad mendocina: el gobierno nacional también apuesta por los programas de asociación público-privada para financiar proyectos ferroviarios, tal como quedó claro en el “Mini Davos”.
La continuidad del trolebús, en riesgo
El presidente de la EPTM anunció, además, que algunas líneas de trolebuses podrían ser eliminadas y reemplazadas por otro tipo de servicio: “Están viendo una ciudad que, en algunos lugares el trole podría no estar funcionando […] En un principio no creo que se eliminen, pero puede ser que no esté previsto que funcionen los troles y sean reemplazados por otro sistema que sea igual de poco contaminante”, explicó en una entrevista con MDZ Radio.
En línea con estas declaraciones, el secretario de Servicios Públicos provincial, Sergio Marinelli, criticó al trolebús y planteó su reemplazo por otras alternativas: “Ahora funcionan 45 troles, el beneficio que son eléctricos pero la catenaria está generando trastornos, no nos permite modificar recorridos“. Y anticipó que los coches eléctricos serán reemplazados por colectivos híbridos que no tengan catenaria y “puedan desplazarse por cualquier lugar”.
Lo curioso es que Cairone, un técnico superior en Marketing, había dicho apenas meses atrás, cuando asumió el cargo, que aspiraba a una EPTM que “solo funcione con troles”. Con el correr de los meses, la empresa que preside sacó a remate 106 unidades eléctricas canibalizadas para paliar su frágil situación financiera. El Estado nacional, en tanto, en lugar de asistir a estas necesidades y apostar por una movilidad auténticamente sustentable, prefiere volcar fondos en proyectos de Metrobús.
La situación de Mendoza contrasta con los proyectos en los que trabaja Rosario: la municipalidad de esa ciudad está apostando fuerte por este medio de transporte. En menor medida y con algunas dificultades, Córdoba sigue una línea similar.