enelSubte (eeS) – En las últimas semanas los gremios ferroviarios llevaron a cabo negociaciones salariales con el Gobierno que finalmente no llegaron a buen puerto. Hay mucho malestar porque los aumentos ofrecidos quedan por debajo de la inflación acumulada. ¿Cuál es la postura de La Fraternidad al respecto?
Omar Maturano (OM) – Nosotros estamos esperando que el Gobierno, primero, se decida a poner las autoridades que debe tener. Hoy yo creo que este gobierno está creando un montón de puestos de trabajo en funcionarios, pero a la semana o a los dos meses los echan. Estamos esperando que estén las verdaderas autoridades y que tengan una decisión concreta sobre qué salarios tenemos que recibir, cuál es la pauta económica del Gobierno, que no la conocemos. No conocemos el plan económico, no conocemos nada. Bueno, tenemos que esperar. Pero la espera tiene una paciencia y tiene un límite. Esperaremos hasta un cierto momento y después nos juntaremos con otras confederaciones, como la CATT, como la CGT Azul y Blanca, y vamos a tomar el toro por las astas. Seguramente hagamos una medida de protesta que converja no solamente en La Fraternidad, en la UTA y en los otros gremios de la UGATT sino en la gran mayoría de los sindicatos.
eeS – ¿Tienen diálogo con la Unión Ferroviaria?
OM – No hay diálogo, pero sí estamos intentando que tanto la CATT como nosotros estemos juntos en esta controversia que tenemos por paritarias. La libertad significa paritarias libres. Estos no son ni libertarios, no son demócratas. No hay paritarias libres, y si no hay paritarias libres no hay discusión. Ellos únicamente discuten con la UIA, con los empresarios. Tienen una hermandad con el capital. Nosotros no tenemos conflicto con el capital, siempre que esté humanizado. Nos cargan por la Marcha [Peronista], porque estamos en contra del capital, pero eso fue en los años 40, nosotros cantábamos en contra del capital deshumanizado. Hoy el capital está humanizado, pero ahora, con este gobierno, se empezó a deshumanizar. Ya no nos ven como trabajadores, nos ven como esclavos. El problema de ellos no son los sindicatos; si el problema es la palabra vamos a ponerle “unión”, vamos a ponerle “sociedad de fomento”, vamos a ponerle lo que ellos quieran y le sacamos el nombre de sindicato. El grave problema de ellos es que los trabajadores estén organizados, es el modelo sindical argentino. Ahora, la UIA, ¿no es también una unión? ¿Por qué está siempre en contra de los trabajadores? Es un pensamiento, el pensamiento del Presidente, anarco-capitalista. En el pasado los trabajadores también éramos anarco, anarco-trabajadores. Que no nos haga volver a lo que éramos nosotros, porque ahí va a haber una pelea entre anarquistas. A la sociedad argentina no le va a ir bien si nosotros nos anarquizamos y ellos se anarquizan, como se están anarquizando, con los empresarios, los dueños de supermercados, capitalistas, como lo quieran llamar.
eeS – Por el momento van a esperar a que el Gobierno designe interlocutores válidos para las negociaciones paritarias, entonces. ¿Qué pasaría si esos tiempos se dilataran, o si antes sobreviniera una nueva devaluación que disparara los precios?
OM – No, nosotros no vamos a esperar nada. Vamos a esperar el momento justo, nosotros somos tiempistas. Gracias a Dios pensamos, tenemos materia gris los trabajadores. Cuando veamos que tenemos que salir a protestar vamos a salir a protestar, esté sola o acompañada La Fraternidad nosotros vamos a salir a protestar. A nosotros no nos arrean como ganado, nosotros no somos ganado, somos trabajadores y sabemos que tenemos que estar organizados. El gremio está verticalizado: de abajo te están pidiendo pelea, pelea, pelea; nosotros estamos tranquilos, esperando, pero acá nos vamos a organizar varios sindicatos. Si la CGT no sale al frente a comandar esta lucha saldremos de abajo a comandar la lucha y la haremos nosotros. Nosotros no vamos a esperar nada. ¿Qué tenemos que esperar, que nos llegue la tarifa de luz, que nos lleguen un montón de cosas? No tenemos que esperar nada. Nosotros directamente vamos a ir al choque, porque esto a nosotros no nos conviene. Y si no le conviene a los trabajadores no le conviene a los jubilados, no le conviene a nadie: a la salud pública, a la educación; no le conviene a nadie.
eeS – El Gobierno insiste con su voluntad de volver a privatizar el sistema ferroviario. ¿Estás al tanto de alguna iniciativa? ¿Cuál es tu postura sobre la potencial concesión del servicio o incluso venta de las empresas ferroviarias?
OM – Hasta ahora no se escucha nada. No hay una verdadera política de qué van a hacer con los ferrocarriles. Seguramente los que están a cargo lo están estudiando, no saben qué hacer, no conocen un carajo de nada. No se puede privatizar porque las tierras son federales, tienen que cambiar la ley, cosa que esperamos que los diputados y senadores no convaliden. Si son concesiones estamos acostumbrados a concesiones, ya nos pasó en los noventa. No vamos a entrar en un paro salvaje como entramos en los noventa, de 45 días, paro por tiempo indeterminado, “ramal que para, ramal que cierra”. Ya aprendimos esa lección. Vamos a ir despacio, vamos a tratar de negociar con las tesituras que ellos tengan, pero también vamos a decir “No, hasta acá llegaron”. Trataremos de que los trenes de pasajeros sigan corriendo a los distintos puntos del país, hablaremos con los gobernadores si algunas provincias deben sostener los servicios que hoy tienen. Nosotros al capital privado no le tenemos miedo. Ahora, que no nos vengan con cesantías compulsivas, con retiros voluntarios mentirosos. La gente que se tiene que jubilar se deberá jubilar como corresponde, dejar [con las] partidas que ingrese gente nueva que le guste la carrera –estoy hablando de los conductores, no de todos los ferroviarios–. Y veremos, pero no les tenemos miedo a las concesiones. Sí le tenemos miedo a que vendan el suelo nacional, eso es vender soberanía, es vender Patria. Las tierras ferroviarias son del Estado nacional.
eeS – Mencionaste que no estás en contra de las concesiones siempre y cuando no haya despidos masivos o retiros voluntarios mentirosos. La semana pasada trascendió que en SOFSE ya empezó la reducción de personal en ciertas áreas. Se habla de la intención de despedir a un 15-20% de la plantilla.
OM – Ellos piensan recortar un 30% de personal, no sé cuánto nos tocará a nosotros, cuánto le tocará a otro sindicato. Hoy están tocando a los que quedaron de la época de Randazzo, de Macri, de Alberto Fernández, a todos los puestos políticos gerenciales. Todavía no tocaron a ningún trabajador. Cuando toquen a los trabajadores veremos qué es lo que hacemos. Nosotros también pensamos que los puestos ferroviarios deben ser de carrera y deben ser por mérito. Ellos hablaban de meritocracia, nosotros también. Mérito es que llegue a conducir la empresa un trabajador ferroviario que empezó limpiando coches y llegó a hacer un curso en la facultad y conoce realmente la vida ferroviaria. Los que trajo hoy Milei no saben nada de ferrocarriles y no conocen un carajo, quieren conducir la empresa sin saber conducirla. Están los ferroviarios de carrera para cumplir esa labor.
eeS – Se está volviendo a hablar de concesiones integrales de cargas como en la década de 1990, en lugar del acceso abierto previsto por ley, en que ninguna empresa es “dueña” de sectores de la red. ¿Cuál es tu opinión sobre estas posibilidades?
OM – Todos los argentinos eran dueños de los ferrocarriles hasta que se concesionaron. Si vamos a revisar la historia, entregamos un promedio de velocidad de 90 km/h en los trenes de pasajeros y 60 km/h en cargas. Hoy tenemos un promedio de circulación de 15 km/h en cargas y 30 km/h en trenes de larga distancia de pasajeros. Tenemos menos servicios que los que teníamos con Alfonsín en el año 1987, menos servicios de pasajeros y menos servicios de cargas, locomotoras todas rotas, trenes en malas condiciones. ¿Qué nos hizo bien de las concesiones? No nos hizo nada bien. El accidente de Once era una empresa privada. ¿Qué pasó en Once? 52 personas fallecidas, uno de los mayores accidentes de la Argentina. Eso era lo privado, porque no había un órgano de control que verdaderamente dijera las cosas que se tenían que hacer.
Lo que se tiene que hacer, para nosotros, es “cielos abiertos”, libre competencia: ¿vos querés poner una empresa? Poné el personal que quieras, las locomotoras que quieras, los vagones que quieras, recibís la vía a un cierto horario y la devolvés a un cierto horario. Es como se hace en los países serios que tienen sistemas de acceso abierto ferroviario. Pero toda la infraestructura, vías, estaciones, cambios, señalamiento, seguridad, tienen que ser del Estado nacional. Y el Estado nacional debe operar la empresa. Todos los que quieran subirse a la vía, como se suben hoy en una ruta pagando un peaje, que paguen el peaje para recuperar la infraestructura. Nosotros no le tenemos miedo al capital privado.
Respecto a las tarifas: si no quieren poner una tarifa social como en otros países, la va a tener que poner el pobre trabajador que usa el tren, que usa el colectivo. Pero la tarifa social debe ser para el que trabaja; el jubilado que va al médico no debe pagar, el estudiante que va a estudiar no debe pagar. El que sale el sábado a la noche tiene que pagar, pero el que va a estudiar de lunes a viernes debe viajar gratis. Si no, dejamos atrás la historia: el boleto estudiantil que tanto se luchó, ¿ya no vale? ¿La lucha estudiantil valía hace 30 o 40 años y no vale ahora? Para el jubilado lo mismo. Nosotros pensamos que se debe ayudar, como se debe ayudar al trabajador a pagar el colectivo o el servicio que use para ir a trabajar. O lo arreglamos como en Brasil, que lo paga el empresario, o lo paga el trabajador.
eeS – ¿Qué postura tienen frente a los aumentos de tarifa anunciados y por venir? Se está viendo un incremento de la evasión, del salto de molinetes en estaciones.
OM – Una empresa privatizada o concesionada como piensan estos, ¿qué va a poner, tanques de guerra atrás de los molinetes para que no salte la gente? La tarifa debe ser accesible porque el personal de evasión no va a querer confrontar la bronca de los pasajeros. Lo mismo con los aumentos impagables de luz o gas. Esto es una locura. Estos quieren hacer una revolución antisocial cuando el peronismo en 1945 hizo una revolución social, para darles a todos una conveniencia, para tenerlo al pueblo apaciguado, con derechos, con verdaderas cosas que necesitaban los trabajadores, que empezaron a ser clase media. Estos quieren borrar a la clase media en la Argentina, quieren que el 80% sean pobres, esclavos sin derechos, y el 20% o el 10% sean ricos, los Caputo, los Milei y toda esa banda que está hoy. Nos quieren cambiar la ley laboral, que no se lo vamos a permitir. Y los dirigentes que están hablando de cambios en la ley laboral, que sigan hablando. Nosotros no vamos a aceptar ningún cambio de las leyes laborales. Para eso están los convenios: en los convenios podemos adaptarnos a las modalidades de hoy, podemos definir que el tren en vez de 30 vagones lleve 60, podemos acordar cambios en las indemnizaciones, podemos adaptar un montón de cosas, pero en los convenios colectivos de trabajo. Nuestra Ley de Contrato de Trabajo es la mejor ley laboral del mundo. Para mí no hay que cambiarla.
eeS – Una pregunta que ya te hicimos en la anterior entrevista y desde entonces sigue todo igual: ¿qué pasa con Ferrocarriles Argentinos Sociedad del Estado, que todavía no termina de ponerse en marcha? ¿Cuál es tu opinión al respecto?
OM – Hay una ley sobre eso. Lo que falta es poner en práctica las leyes. Hoy tenemos DECAHF, SOFSE, FASE, ADIFSE. Copiamos del modelo español y ese modelo español nunca existió en la Argentina, porque no tenemos trenes de gran velocidad, no tenemos las vías, no tenemos la inversión que puso el Estado español en el AVE, o que tuvo Italia o Europa en general. Si no hubo nunca inversión, ¿cómo vamos a tener el modelo europeo? Lo único que queremos los ferroviarios es un ferrocarril centralizado, donde haya un presidente, donde estén los gerentes de cada línea que componen el directorio, luego las segundas líneas, y abajo todos laburando. Acá tenemos más caciques que indios. Los trabajadores que tenemos los queremos echar pero no echamos a los caciques. Queremos conducir más trenes de los que tenemos, pero si no tenemos herramientas y tenemos seis empresas que entre ellas no se deciden, que se culpan de cargos, se roban los cargos, se sacan los cargos… es un verdadero quilombo.
Que lo arregle el Presidente, tan inteligente que es. Nos reíamos de Maduro porque hablaba con un pajarito vivo que sobrevolaba. Ahora este habla con un perro muerto y no decimos nada. No sé dónde carajo están las fuerzas del cielo. En el cielo, que yo sepa, está Dios. Que traiga las fuerzas del cielo y gobierne la Argentina. Pero esto ya no va, ya llegamos a un caos total y yo creo que antes de fines de marzo, cuando sepamos la inflación… me parece que esto no va bien. Creo que los gobernadores, los legisladores y los trabajadores, los dirigentes de toda la sociedad, debemos converger en una paz social y que esto no se anarquice, porque si se anarquiza seguramente vamos a tener problemas todos los argentinos y todas las argentinas.