En los últimos días, las obras de extensión de la linea E a Retiro tomaron fuerte notoriedad para los que transitan habitualmente el Bajo. La única excavación de túneles de subtes a cargo de la Nación, que contrasta fuertemente con una SBASE en riesgo de disolución y con un Presupuesto porteño que por segunda vez dispone el mínimo de fondos para obras de subterráneos, se encuentra a toda marcha desde que el Ejecutivo Nacional dispuso que se finalizara lo más cerca posible a los festejos del Bicentenario de la Revolución de Mayo.
Durante la última semana, los obreros de la contratista Roggio ya trasladaron los árboles y demolieron parte del cantero central de Leandro Alem, en cuyo lugar se comenzaron los trabajos de armado de los pilotes de la estación Correo Central. Mientras tanto, sobre la calle Rosales, marcha a buen ritmo la construcción de la rampa auxiliar que utilizarán los camiones para extraer la tierra de la obra, al igual que varios metros de drenajes. Según pudo saber este medio, para enero debería estar finalizada la ejecución de los pilotes para, luego, proceder con la construcción de la losa, procediendo de a mitades como lo marca el método constructivo cut&cover utilizado en esta obra.
Correo Central es la única estación del plan de extensión de la línea E que ya tiene definida su ubicación y que presenta avances concretos en las obras. La zona cercana a la Casa Rosada muestra, desde hace meses, varios obradores: primero fueron amarillos, luego verdes por alguna inexplicable razón. Se observan, también, largas filas de personas en las oficinas de obra instaladas en la zona. En el cruce con la línea B, se construirá un “puente” que sostenga el túnel de la línea roja cuando se excave la tierra por debajo; trabajo que se realizará de forma delicada debido a las dificultades de suelo en la zona y al poco margen que existirá entre la base del túnel de la línea B y el paso proyectado de la línea E. Una situación similar ocurrió en el cruce de la línea H y la línea E en Jujuy-Humberto Primo. Durante meses, los trenes de la línea E circularon a muy baja velocidad por la estación Jujuy para evitar derrumbes o deslizamientos de la solera. En la B, eso no será problema ya que la estación afectada será Leandro Alem, la terminal.
La construcción de Correo Central, al igual que la de Catalinas y Retiro, no promete ser una obra sencilla. En lo que ya llevan los trabajos, varios pozos de ataque debieron reubicarse tras toparse con obstáculos insalvables. Los terrenos por donde pasará la línea E forman parte de la antigua ribera de la Capital: gracias a los rellenos con escombros de demoliciones, se le ganó terreno al rio. Además, el crecimiento e importancia económica de la zona llenó el subsuelo de redes telefónicas, fibra óptica, cables eléctricos de alta tensión y caños maestros de agua y gas que deben ser evitados para ahorrar complicaciones. Algunas reubicaciones de obstrucciones, además de ser costosas y demoran los avances de la obra, son prácticamente imposibles sin afectar el suministro regular de servicios tan importantes al centro de la ciudad.