La línea B es una de las que más controversias tiene en el historia de nombres de sus estaciones. Los cambios fueron numerosos: Carlos Gardel, antes llamada Agüero; Angel Gallardo, antes llamada Río de Janeiro; Malabia, antes llamada Canning; y ahora se pretende cambiar la denominación de una estación aún no inaugurada, Villa Urquiza, la cual promete ser la cabecera definitiva de la línea que más pasajeros transporta por día.
En 2009 será puesta en marcha la estación terminal del oeste, la cual combinará con la estación Villa Urquiza del Ferrocarril General Mitre y será una de las más imponentes estaciones construidas por Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado (SBASE). Su carácter de terminal de trasbordo la convertirá en una mega estación con vestíbulo cruzado y gigantescos andenes, bajo una construcción en caverna.
La obra, actualmente en ejecución, pertenece a la Etapa II del plan de expansión de la línea B y, si bien al principio se evaluó la posibilidad de llamar Monroe a la estación en discordia –por su ubicación bajo la avenida homónima–, una vez que el proyecto tomó forma y las obras comenzaron se decidió finalmente llamarla Villa Urquiza, coincidiendo con la estación del ferrocarril y con el lugar donde estará emplazada, el corazón del barrio de Villa Urquiza.
Sin embargo, la Legislatura porteña viene analizando el cambio desde hace más de un mes, cuando se desató la polémica entre historiadores. Antonio Testa, del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas “Juan Manuel de Rosas”, celebró la iniciativa de la Legislatura porteña. “Apoyamos y felicitamos la medida, aunque nos parecería mejor que pudiéramos volver a ponerle el nombre de Rosas a la calle Monroe”, expresó.
Por el contrario, desde el Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires sostuvieron que no era recomendable la imposición del nombre de Rosas a una estación de subtes ubicada debajo la Avenida Monroe, en Villa Urquiza. “En el caso de estaciones de subterráneos, la denominación debe referirse a la calle a la que asoma por un sentido de orientación y porque es lógico que el usuario sepa a qué calle sale”, indicó Lidia González, directora del Departamento de Investigaciones del Instituto.
La actual avenida Monroe fue rebautizada Rosas en 1974 por una ordenanza municipal, pero la última dictadura militar lo volvió a cambiar por el del ex presidente estadounidense.
Lo cierto es que finalmente la Legislatura aprobó anoche el proyecto, pero el mismo deberá ser revisado por una audiencia pública, tras lo cual retornará al recinto para su sanción definitiva. La aprobación en primera lectura se efectuó con 32 votos en general contra uno. Se trata de un proyecto del diputado kirchnerista Miguel Talento, y ahora habrá que aguardar para que sea convertido en ley.