Durante estas últimas semanas hemos recibido numerosos testimonios de personas que han sufrido o presenciado diferentes hechos delictivos en el Subte.
Los testimonios tienen un factor común: La mayoría de los robos ocurren los días de semana en hora pico por la tarde, entre las 17.30 y las 19.30. Como bien se sabe, la mayoría de las líneas se encuentran sobrecargadas de pasajeros, y como consecuencia se producen grandes forcejeos para subir y para bajar de los coches mientras las alarmas de los mismos apuran a los pasajeros a subir rápidamente para ir a la próxima estación. Este escenario caótico es un festín para los ladrones, quienes aprovechando el tumulto, la falta de atención y el apuro, hurgan en bolsillos ajenos, rompen mochilas y proceden a robar a los pasajeros.
Algunos testimonios
El autor de un blog sobre la concesión de Metrovías publicó hace algunas semanas una crónica muy particular sobre un robo que presenció: “El martes 3 de julio, a las 19:30 hora y en el subte D, ví como un sujeto de alrededor de 1.80 mts. de altura, intentaba manotear algo de un bolso de notebook de un muchacho, quien por suerte se avivó a tiempo y cambió de posición.”
“El jueves 5 de julio a la misma hora y en el mismo subte observé como este mismo sujeto, subió junto a un amigo/socio de igual porte (1.80 mts) en la estación Bulnes. Los dos sostenían sus camperas con su brazo derecho, dejando bien cubierta su mano derecha, con la cual robaban.”
“Uno de ellos se paró junto a una chica que venía hablando con una amiga y tenía su mochila en la espalda. Cuando llegamos a Scalabrini Ortiz, le hizo un gesto a su colega y se bajó, para subir en la puerta siguiente del mismo vagón.”
“Cuando arrancó el tren, el otro se acercó a la mujer e intentó introducir la mano en la mochila, que había abierto su socio poco antes.”
Fue allí que gracias a la intervención de otro pasajero no se produjo el hurto. El pasajero solidario le advirtiò a la jóven: “Mirá, mejor que te saques la mochila de la espalda porque el chico que se bajó te abrió el cierre, y él (señalando al otro chico) te va a meter la mano en la mochila y te va a afanar”
Otro lector publicó:
“El pasillo que esta en la Estación Carlos Pellegirini (línea B) por el cual accedés a 9 de julio, bajando esas escaleras, (Combinación con Linea D a Congreso de Tucumán) es muy inseguro. Tres veces pase por ahí, y en dos ocasiones había rateros: uno robándole a un pibe de aproximadamente 15 años y el otro, mas reciente, trataron de robar y manosear a una chica. Gracias a la colaboración de un oficinista que paró a ayudarme pude echar a los pibes y el chico siguió viaje, pero con la chica tuvieron éxito, ya que estaba en el medio del corredor llorando, rodeada de gente”.
En ese mismo blog han publicado:
“A mí me paso de bajar a la estación Diagonal Norte de la Linea C para hacer combinación con la D y siento que alguien quiso arrebatarme algo. Reaccioné rápido e intente agarrarle la mano y me encuentro con la sorpresa de que no era una mano sino un tipo de gancho o no sé que cosa. Apenas pude tocarlo porque lo quitó rápidisimo y se escapó entre la multitud del subte.
Lo que suelen hacer muy seguido es cortar las mochilas y carteras”.
Lalo nos contó: “El viernes 27/07, eran como las 18.30 tarde y viajaba mucha gente. No estaba tan lleno, pero se viajaba apretado. Lo que me llamó la atención fue que el guarda que hablaba por los parlantes dijera ‘hay gente amiga de lo ajeno como el que acaba de subir’ “.
En la edición del viernes 10 de agosto del diario la Nación se publicó el siguiente testimonio: “El 21/6, a las 17, en la estación Callao, de la línea B, en momentos en que en el andén subía y bajaba muchísima gente del subte, mi sobrino, de 17 años, fue robado al ser rodeado por un grupo de 4 o 5 muchachos, a punta de cuchillo. Le robaron delante de todos los usuarios la campera, el celular, billetera y zapatillas. En la misma estación donde, el año pasado, hubo 2 violaciones y muchísimos robos, se sigue robando. Tengo que estar contento de que no haya caído bajo el andén”.
“Pregunto: ¿ningún cliente, usuario, Policía Federal, guardia de seguridad, ni personal de Metrovías vio nada? Mi sobrino salió llorando y sin nada, de la estación. Los ladrones, con su botín y caminando todos por el mismo lugar. Los padres y autoridades de muchas de las escuelas de la zona hemos denunciado no sólo estos robos sino también los que se producen a lo largo de toda la avenida Callao.”
Fernando Vilariño
DNI 16.493.281
Esta situación no es nueva y es bien conocida tanto por los pasajeros como por los trabajadores del subterráneo. ¿Qué ha cambiado entonces en los últimos meses para que se incrementen los delitos en el subterráneo de la ciudad?
Lamentablemente ninguno de estos hechos delictivos tienen alguna promoción en los medios masivos de comunicación. Sin embargo, cuando los hechos son más graves, como una violación, una muerte o un grave accidente, la noticia se publica en los principales titulares. Sin ir mas lejos, la ultima vez que un hecho delictivo en el Subte sacudió la TV, fue una violación ocurrida en la estación Callao de La Línea B. La joven denunció el hecho y se armó un gran revuelo. A las pocas semanas el Ministerio del Interior anunció que colocaría cámaras en todas las estaciones de Subte las cuales podrían ser vistas por Internet y que se colocaría un miembro de la policía federal en cada andén. Para completar el paquete de medidas, también implementaron el Plan Subte Alerta (*31416), que no es ni mas ni menos que un complicado numero de teléfono que funciona como “acceso directo” al 911.
Pasados ya mas de 10 meses de estos anuncios, salimos a la calle a intentar verificar en cuantos andenes hay policías y nos llevamos una gran sorpresa:
- De 10 estaciones de la Línea B, solo 3 tenían policía y en su mayoría no estaban en el andén sino pegados a la boletería.
- En la Línea C solamente las cabeceras tenían policías y ninguno de ellos estaba prestando atención si subían personas sin pagar por los andenes laterales.
Lamentablemente tampoco alcanza con los guardias de seguridad contratados por Metrovías. Hace meses se publicó una nota en el Diario Popular donde un policía aclaraba la siguiente situación: “El personal de seguridad del lugar no puede detener a nadie aunque quisiera, y al momento del arribo de los efectivos policiales tampoco se puede realizar la detención, ya que los sospechosos no tienen los valores consigo y los agentes no cuentan con las pruebas para proceder”.
En base a este dato, enelSubte.com consultó a Metrovías por escrito para conocer cuál era entonces la verdadera función de los guardias de seguridad ubicados en “algunas” estaciones. Aún seguimos esperando la respuesta.
¿Cuales son los puntos mas inseguros actualmente?
Actualmente, en hora pico cada estación y cada vagón es un potencial foco de riesgo para cualquier pasajero. Es decir, toda la red es una gran zona liberada. Sin embargo, enelSubte.com ha hecho una investigación en base a las decenas de denuncias que nos llegan habitualmente, mas lo consultado a policías, pasajeros y empleados de la red.
De esto se desprende que, increíblemente, hay varios puntos donde se debe tener mayor cuidado:
- Nodo de combinación Líneas B-D-C, especialmente en los trayectos y túneles donde no hay ningún guardia de seguridad.
- Línea B de 18 a 19 entre estaciones Leandro N. Alem y Medrano.
- Linea D de 17.30 a 20 entre estaciones Catedral y Plaza Italia.
De seguro existan otros puntos en otras líneas; sin embargo estos son actualmente los puntos más críticos.
¿Que se debería hacer para contrarrestar esta ola de delitos?
- Colocar cámaras de seguridad, no en una sino en todas las estaciones. De esta manera no solo se registraría el movimiento sino que los guardias de seguridad podrían tener material para detener a cualquier punguista.
- Policías en cada anden de todas las líneas y en los pasillos de combinación.
- Verificar de manera más efectiva los andenes en horario PICO.
- Controlar de manera eficiente a los punguistas que no pagan el boleto.
¿Qué podemos hacer los pasajeros para contribuir a evitar mas delitos?
- Denunciar los hechos. Aunque piensen que sea una perdida de tiempo, en este estado tan burocrático, realizar una denuncia sienta precedentes para que si algún día pasan cosas peores en la misma estación, alguien ya habría advertido la situación. En cambio, si no es denunciada, es como si nada ocurriera y los hechos pasan de largo.
- Avisar si vemos algo extraño: Como vimos en algunos testimonios, si alguno de los pasajeros que estaban en el vagón advertían la situación, probablemente el hecho se evitaba. Debemos dejar de lado ese orgullo, ese miedo y ese “que dirán” ya que en el día de mañana si nos encontráramos siendo víctimas de un hecho de estas características desearíamos que nos ayuden de la misma manera.
Probablemente, tanto Metrovías como los trabajadores de seguridad, como la policía o el Ministerio del Interior hagan oídos sordos ante esta situación y, por el contrario, argumenten que “están trabajando” para solucionar el conflicto, anunciando que “ya se han colocado cámaras” en algunas estaciones. Sin embargo, las cámaras son colocadas a una velocidad avergonzante, y de nada sirve tenerlas si nadie las monitorea y no hay un accionar rápido y eficaz, coordinado con todos los participantes responsables de la seguridad bajo tierra.
Habrá que esperar entonces que alguien muera, que quizás violen a otra muchacha o que algún ladrón empuje a las vías a alguna de sus victimas.
Hasta entonces, lo único que nos queda por hacer es cuidarnos entre nosotros, denunciar y no dejar que estos hechos sigan ocurriendo en el subterráneo.