El Gobierno comenzaba a encauzar anoche el conflicto en el subte con un principio de acuerdo entre los representantes de base del personal, que reclaman la formación de un nuevo sindicato de la actividad, y la concesionaria del servicio Metrovías. Los “metrodelegados” analizan una propuesta oficial con algunas concesiones a cambio de una tregua, sin huelgas, hasta el 2 de diciembre.
El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, les ofreció a los ex delegados un mecanismo de tutela sindical –no previsto en la legislación vigente– y la creación de un ámbito de negociación con la compañía paralelo a la Unión Tranviarios Automotor (UTA), el sindicato que en lo formal representa a los empleados de la actividad.
La oferta de Tomada contempla también la absorción por parte de Metrovías del descuento compulsivo del 1% de los salarios del personal a favor de la UTA. De este modo, los empleados volverán a recibir su salario pleno y el sindicato percibirá el mismo monto pero de parte de la concesionaria, cuya principal fuente de ingresos son los subsidios que aporta todos los meses el Estado.
Para garantizar el cumplimiento de un eventual acuerdo, el ministro convocó a última hora de anoche al gerente de Recursos Humanos de la firma, Daniel Pagliero. Fuentes oficiales y los ex delegados confirmaron a última hora los términos de la propuesta. Y los representantes de base dijeron que, en ese contexto, se allanaba el camino para una tregua hasta el miércoles próximo. Antes de ese día, Tomada debería definir por sí o por no el pedido de inscripción gremial de un nuevo sindicato, hecho por los “metrodelegados” un año atrás.
Los representantes de base, ex delegados de la UTA, reclaman a Trabajo la inscripción de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (Agtsyp) como paso previo al reconocimiento pleno como sindicato, con la personería. El planteo es resistido por la UTA y también por la CGT, que por varios canales le hizo saber al Gobierno que no aceptará la creación de un sindicato paralelo. Sin embargo, este diario pudo saber que la central obrera llegó a un principio de acuerdo con el Gobierno para tolerar el paso previo, es decir la inscripción.
La audiencia comenzó a las 18.30 y, cinco horas después, continuaba en varias oficinas de Trabajo. En representación de los “metrodelegados” estuvieron en la negociación Néstor Segovia (línea “C”), Roberto Pianelli (“E”), Claudio Dellecarbonara (“B”), Flavio Baygorria (“A”) y Demián Silva Pasos (“H”), junto con los designados secretario general y adjunto de Agtsyp, Manuel Compáñez y Andrea Álvarez, respectivamente.
Según la oferta hecha por Tomada, el personal del servicio no tendrá que realizar medidas de fuerza al menos hasta el miércoles próximo, y hasta entonces la cartera a su cargo analizará el pedido de inscripción gremial. Hasta ahora, el Gobierno había eludido el trámite para no provocar la ira de los sindicatos enrolados en la CGT. Pero la seguidilla de huelgas de las últimas semanas dejó al Ejecutivo en la disyuntiva entre el malestar social por las medidas de fuerza y el de la central obrera.
Si bien el ministro había deslizado su posición favorable a inscribir al nuevo sindicato, dilató la decisión para no parecer que la tomaba presionado por los paros
por Crítica de la Argentina.