Ferrosur Roca, una de las tres concesionarias ferroviarias de cargas, solicitó ante el Ministerio de Trabajo la implementación de un procedimiento preventivo de crisis.
El plan de la compañía abarca suspensión de empleados y reducciones de un 30% sobre los salarios alegando una caída de la demanda del 80% por el contexto de la pandemia de coronavirus.
Si bien el Decreto de Necesidad y Urgencia 329/20 prohíbe los despidos de personal por dos meses, contempla la posibilidad de aplicar suspensiones pactadas a cambio de una reducción salarial por la causa de falta o disminución de trabajo.
Los distintos sindicatos ferroviarios ya se manifestaron en contra de la posibilidad de aplicar suspensiones rotativas y descuentos: en ese sentido ya se han pronunciado tanto la Unión Ferroviaria, La Fraternidad y la Asociación del Personal Directivo de Ferrocarriles Argentinos (APDFA), quienes se declararon “en estado de alerta” por la situación.
“Si sigue la intransigencia de la empresa, analizaremos las medidas que llevaremos adelante […] Vamos a ir hasta las últimas consecuencias“, dijo el secretario general de la UF, Sergio Sasia. El sindicalista admitió que “hay una merma de trenes”, pero cuestionó las cifras difundidas por Ferrosur y aseguró que la caída en el primer trimestre no fue del 80% sino “del 14,8%”.
Además, aseguró que la empresa viene incumpliendo desde enero con el pago de los montos a cuenta de futuros aumentos salariales ordenados por el Gobierno.
Sasia, además, alega que la situación económica de Ferrosur es buena y cuestionó “que empresa de este tamaño [es subsidiaria del grupo Camargo Correa] al primer mes que tiene inconvenientes quiera rebajar los sueldos”. “Si les va tan mal, que devuelvan la concesión”, disparó el sindicalista.
Cabe recordar que Ferrosur opera buena parte de los servicios de carga del Ferrocarril Roca mediante una concesión integral (operación e infraestructura) otorgada en la década del 90 y cuyo vencimiento está previsto para 2023. El gobierno anterior había abierto la puerta a prorrogar esas concesiones por diez años más, pero las actuales autoridades ya adelantaron que la gestión de los ramales volverá al Estado una vez que venzan dichos contratos.
Ferrosur, en todo caso, no es la única en problemas: la crisis del coronavirus está poniendo de manifiesto los límites del ferrocarril privado: en las últimas semanas, Gran Bretaña renacionalizó temporalmente su red, suspendiendo el sistema de concesiones, mientras que en el resto de Europa las operadoras privadas piden el rescate del Estado ante la posibilidad cada vez más cercana de su colapso.