La Elizabeth Line, la flamante línea ferroviaria que une el este con el oeste de Londres, comenzará a circular finalmente en todo su recorrido a partir del próximo 21 de mayo, confirmó la operadora estatal Transport for London (TfL).
De esta manera, la frecuencia en el tramo central de la línea aumentará a 24 trenes por hora en hora pico mientras se elimina la necesidad de transbordar en estaciones intermedias para quienes viajen entre Shenfield (noreste) con el aeropuerto de Heathrow (sudoeste de la ciudad).
Los cambios, que se harán realidad gracias a una actualización del software del sistema de señales implementada durante el receso de Pascuas, redundarán también en un aumento de la frecuencia de 24 a 26 trenes por hora entre Paddington y Whitechapel (con 16 servicios en hora valle) a la vez que elimina la espera de siete minutos que los trenes con dirección al este deben hacer para entrar a Paddington.
A su vez, se determinó que aumenten también las frecuencias de los servicios hacia Liverpool Street -un importante nodo de combinación con la estación homónima de trenes de superficie- y hacia Reading, que se complementará con una ampliación del rango temporal de la hora pico.
Otra de las mejoras que traerá la modificación del sistema de señales es la introducción de un “modo de inversión automática de cabecera“: cuando el tren finaliza su recorrido en Paddington, la computadora lo conducirá por los desvíos de Westbourne Park hacia su vía de salida mientras el personal de a bordo cambia de cabina por el interior de la formación.
Según datos de TfL, la Elizabeth Line realiza unos 3,5 millones de viajes diarios -140 millones desde su inauguración en mayo de 2022-, lo que la convierten en el servicio ferroviario de pasajeros más utilizado del Reino Unido y ya representa uno de cada seis viajes en tren efectuados en el país.
La línea, nombrada en homenaje a la reina Isabel II en 2016, costó aproximadamente 20.000 millones de libras (casi 25.000 millones de dólares) y se inauguró por etapas tras sufrir una demora de tres años y medio respecto de la fecha original de apertura, prevista para noviembre de 2018, por la complejidad de los trabajos de excavación de los túneles en el subsuelo del centro de Londres, por el desafío técnico que implicó compatibilizar recorridos ferroviarios existentes con la nueva infraestructura y las complicaciones financieras derivadas tanto del alto costo del proyecto como de la pandemia de Covid-19.
