Trenes Argentinos Infraestructura (ADIF) dio de baja una licitación para la instalación de barreras automáticas en el corredor Buenos Aires – Rosario, tras dos años de demoras.
El proyecto contemplaba la instalación de 35 barreras automatizadas para la protección de diversos pasos a nivel ubicados en las localidades de Zárate, Alsina, Baradero, San Pedro, Gobernador Castro, El Paraíso, Villa Ramallo, Villa General Savio, San Nicolás, Theobald, Fighiera y Villa Gobernador Gálvez.
La licitación había sido lanzada por Trenes Argentinos Infraestructura (ADIF)en julio de 2022, pocas semanas más tarde de que la administración de la infraestructura de vías del corredor fuera recuperada por el Estado en el tramo Zárate – Coronel Aguirre -hasta ese entonces dependía de la carguera NCA-. Si bien dos empresas se habían presentado a la licitación, su adjudicación había quedado pendiente hasta ahora.
Se trataba de una obra clave para mejorar los estándares de seguridad de la traza: sin ella, tanto la mejora de los tiempos de viaje de los servicios y el aumento de la velocidad de circulación de los trenes, así como el agregado de más frecuencias, resultan objetivos de difícil concreción.
Cabe señalar que el potencial del corredor se encuentra desaprovechado. Si bien la vía doble ha sido renovada para permitir una circulación a velocidades competitivas -el material rodante asignado, además, es capaz de circular a una velocidad máxima de 160 km/h-, los trenes demoran más de seis horas para unir ambas ciudades a causa de los pasos a nivel sin protección y otras precauciones.
En este sentido, vale notar que la única obra incluida dentro de la emergencia ferroviaria para el ramal es la reparación de tres puentes metálicos de tablero abierto, sobre los ríos Areco, Arrecifes y Tala.
A su vez, la falta de barreras impide el agregado de más frecuencias y la diversificación de servicios, en un corredor que por motivos de densidad poblacional y demanda cuenta con aptitudes para ello. Vale notar que el ramal es, junto con la vía Mar del Plata, el único sobre el que existe un amplio consenso sobre su viabilidad comercial para la prestación de servicios de pasajeros.
Los sucesos de los últimos meses han ido en una dirección inversa: los tiempos de viaje en el ramal se incrementaron levemente, a la par que -sin que mediaran mayores explicaciones- fue cancelado el servicio expreso que corría los fines de semana y unía Buenos Aires y Rosario Sur en menos de cinco horas, siendo uno de los seis servicios de pasajeros eliminados por la actual gestión.
Vale recordar que si bien el corredor Buenos Aires – Rosario es atendido por un único servicio diario por sentido, los planes originales de reactivación contemplaban una oferta de hasta siete, entre comunes y expresos.
No solo estos planes -o aún otros más modestos- han sido dejados de lado, sino que los pocos servicios sobrevivientes pasan por un mal momento: a las habituales demoras y cancelaciones por problemas con el material tractivo se suma el freno a las obras en algunas estaciones del corredor, como Rosario Sur, y un deterioro general de las condiciones de viaje, producto del mal estado de los coches, la falta de insumos en coche comedor y sanitarios clausurados, entre otras irregularidades.
Para peor, el precio de los pasajes ha aumentado significativamente y en algunos casos resulta más barato viajar en micro. La suma de factores hace que el ferrocarril, que se había consolidado como alternativa de viaje, pierda atractivo y terreno. El servicio a Rosario no es la excepción: tras varios años de récord de pasajeros, en 2024 se registraron varios meses con caídas notables.
Con menos servicios y obras paralizadas, se profundiza el abandono de la estación Rosario Sur