Días después de que enelSubte.com recogiera las quejas de usuarios por los penetrantes olores a comida emanados de los locales comerciales instalados en el nodo combinatorio del Obelisco, Subterráneos de Buenos Aires ordenó la instalación de una máquina aromatizadora en el pasillo de combinación entre las líneas B y D.
El dispositivo, que arroja un aroma idéntico al de los trenes CNR de la línea A (verbena, no limón, según se encargó de precisar la propia empresa estatal), intenta ocultar los olores a comida emitidos por una panchería, una casa de empanadas y otra de comidas rápidas instaladas en uno de los espacios más transitados de la red.
Se trata de una medida paliativa que no resuelve el problema de fondo, esto es, la falta de ventilación adecuada de las instalaciones, tanto de las comerciales como las de circulación de pasajeros.
Además del olor, el segundo problema que aqueja al nodo es el calor, a cuya generación contribuyen las instalaciones comerciales aprobadas por SBASE por partida doble: por un lado las propias cocinas, hornos y maquinarias empleadas y por otra parte los equipos de aire acondicionado que, si bien refrigeran el interior de sus locales, descargan aire caliente sobre el hall. Algo que el perfume no logra ocultar.