El 17 de agosto pasado, luego de más de un año de obras de reforma, la estación Colegiales de la línea Mitre fue reabierta al público. Si bien la inauguración de la nueva parada fue bien recibida por los usuarios, cansados de utilizar el precario andén provisorio que se había montado del paso bajo nivel de la avenida Federico Lacroze, las obras no estaban terminadas.
Como bien relató este medio, en los días subsiguientes a la reapertura los obreros continuaron trabajando, inclusive en horario de servicio, entremezclados con el público en los andenes, lo que incluía la presencia de andamios en zona de pasajeros. La falta de terminaciones alcanzaba a pasamanos y pintura en rejas y paredes, accesos inconclusos con señalización escasa o nula, techos de refugios, entre otras.
Todo hacía pensar que con el correr de las semanas la situación se normalizaría, pero no fue así. A más de tres meses de la reapertura, buena parte de las obras de Colegiales permanece inconclusa y presenta señas de inactividad y abandono.
Como puede observarse en las fotografías que acompañan esta nota, tomadas apenas días atrás, uno de los accesos al andén descendente (a Retiro) está en un estado muy similar al que podía observarse en agosto. En el andén ascendente, a su vez, faltan terminaciones de barandas de cara a la intersección de Crámer y Teodoro García. Además, en ese mismo andén fue demolida la vieja boletería: la nueva ni siquiera comenzó a construirse.
Pero Colegiales no es la única estación reinaugurada que adolece de estos faltantes. Otras que fueron abiertas varios meses más atrás, como San Martín y Miguelete, también presentan falta de terminaciones. En el caso de esta última, donde no se construyeron aún las nuevas boleterías, ni siquiera hay boletería provisoria. Cabe recordar que en mayo pasado, cuando se reabrió, lo hizo sin iluminación alguna, quedando a oscuras por varias semanas.