21 noviembre 2024

Subte ruidoso

El ruido en cinco de las seis líneas de la red supera los máximos tolerables recomendados por la OMS y hasta por la Agencia de Protección Ambiental de la Ciudad. SBASE culpa al material rodante antiguo, pero los mayores ruidos se detectan en el interior de los Alstom de la línea D.

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Los índices de contaminación sonora en el Subte son superiores a los que pueden hallarse en la superficie, aún en las esquinas más ruidosas de la ciudad. El matutino La Nación, en su edición de este domingo, reveló que cinco de las seis líneas de la red el nivel sonoro, medido en decibeles, supera ampliamente los niveles recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y por la Agencia de Protección Ambiental.

La Agencia de Protección Ambiental de la CABA establece que en los andenes el nivel máximo no debe superar los 80 dB; las normas IRAM, en tanto, establecen el mismo valor como máximo para las formaciones. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que “los ruidos por encima de los 70 dB comienzan a afectar la audición, y si superan los 90 dB se vuelven dañinos”.

De acuerdo con esos parámetros, sólo la línea A estaría dentro del espectro tolerable. Dentro de los trenes CNR, que cuentan con una excelente insonorización, los sonidos se encuentran “entre 60 y 70 dB que se elevan a 86 dB cuando suena la alarma” de cierre de puertas.

Los registros tomados por La Nación en los andenes de las líneas B y C coinciden en la marca máxima, de 92 dB. En las vías hay una leve variación: 88 dB en la B y 85 dB en la C. Pero los resultados más preocupantes se dieron en la línea D: “en la estación 9 de Julio, al subir por una escalera mecánica, el ruido alcanzó los 99 dB y en el andén fue de 90,5 dB. La formación sobre las vías provocó oscilaciones de entre 85 y 90 dB y un pico de 101,5 dB”.

En la línea E, tradicionalmente asociada a lo ruidoso de sus trenes GEE, “hay picos de entre 90 y 95 dB, pero la marca mayor fue de 98 dB”. Alto, pero sorprendentemente por debajo de la línea D. La línea H tampoco pasa la prueba: en el andén de Corrientes, al ingresar un tren, el sonómetro midió 91 dB y “cerca de una ventana, los sonidos oscilantes llegaron a los 95 dB”.

Subterráneos de Buenos Aires atribuyó los ruidos molestos al material rodante: “el promedio de antigüedad de las flotas es muy grande”, explicaron, y agregaron que los coches antiguos “no se fabricaban con estándares de baja emisión de ruido”. La afirmación no es del todo inexacta, pero se asienta en una media verdad: el nivel sonoro más alto registrado por el cronista de La Nación no fue en un tren viejo, sino en un Alstom Metropolis de la línea D (101,5 dB), que tienen apenas entre 10 y 15 años de uso.

Meses atrás, cuando se puso en funcionamiento el primer tren de este tipo reformado con aire acondicionado, el inusualmente elevado ruido emitido por la formación motivó las quejas de usuarios en las redes sociales. SBASE había informado entonces, a través de su cuenta de Twitter, que el ruido se debía a un supuesto “ajuste inicial”.

Cabe recordar que el nivel de ruidos de la red es uno de los aspectos peor evaluados por los usuarios del Subte, según se desprende de una encuesta encargada por la propia SBASE, junto al costo del pasaje y el control de robos y delitos en general.

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