El apetito de los emprendedores y desarrolladores privados por los terrenos ferroviarios parece no tener fin. No sólo las instalaciones en desuso y hasta las playas ferroviarias de carga que actualmente se usan –tales como Empalme Norte, que según se anunció meses atrás sería vendido para desarrollos inmobiliarios– son víctimas de la codicia de este sector.
Ahora parece haberle llegado el turno a los ramales ferroviarios en actividad. Este martes, el matutino Clarín, a través de una nota firmada por el arquitecto y periodista Berto González Montaner, hace suya la propuesta del fabricante de lugares (sic) Juan Martín “Tino” Lutteral para reconvertir a ese ramal del Ferrocarril Mitre en un parque lineal al estilo del “High Line de Manhattan”, una propuesta análoga a la de la actual traza de la autopista Illia sobre la Villa 31.
Lutteral es un emprendedor inmobiliario que estuvo a cargo de los desarrollos Venice (emplazado en los terrenos aniguamente ocupados por los astilleros ASTARSA) y Distrito Tigre Sur. Anteriormente fue presidente de la filial argentina de Azurix, una empresa estadounidense dedicada a la provisión de servicios de agua corriente que mantiene una millonaria demanda contra el Estado nacional.
El artículo, luego de hacer un repaso por lo que considera el abandono del ramal Delta, se plantea: “‘Por qué no pensar el Tren de la Costa como el exitoso High Line en Manhattan. […] Por qué no convocar a un concurso de ideas para desarrollar un Low Line para ese fragmento fantástico de la costa’. La idea sería generar un proyecto de reconversión y refuncionalización del Tren de la Costa y su traza generando un parque lineal con sistemas de transporte multimodal (que podría conectarse con el Metrobús de Vicente López) incluyendo todo el ancho que va desde la barranca al río”.
Curiosamente, la propuesta de “reconversión” de Lutteral llega en momentos en los que el servicio del Tren de la Costa comienza a repuntar y rearticularse con la red ferroviaria metropolitana, como lo muestra la reciente adopción de un diagrama de servicios que facilita la combinación entre este ramal y los trenes de la línea Mitre ramal Mitre.
Este mejoramiento en las prestaciones sólo fue posible a raíz de la estatización decidida en 2013, que vino a poner fin al prolongado proceso de decadencia y deterioro sufrido por la infraestructura y el material rodante que siguió al breve éxito comercial que había tenido en la década del 90. Esto no sólo implicó una alteración en la administración, sino también un cambio en el perfil del ramal: la idea de un proyecto turístico-comercial privado fue progresivamente abandonada, viéndose reemplazada por un concepto más próximo al de transporte público.
El caudal de pasajeros transportado por el ramal Delta no ha cesado de aumentar desde 2013 hasta hoy. De hecho, el pasado mes de julio fue una marca histórica para el ramal: transportó 72.324 usuarios, el máximo registro desde que el Estado está a cargo de la operación. Entre estos usuarios destacan los estudiantes de la Universidad de San Andrés, cuyo campus se encuentra prácticamente equidistante de las estaciones Punta Chica y Marina Nueva.
La traza presenta un amplio potencial de transporte todavía desaprovechado, puesto que la integración con la red del Mitre es aún incompleta y puede mejorarse. No existe, por ejemplo, boleto combinado para usar ambos servicios, algo que podría implantarse con relativa facilidad. Apenas en junio de este año se implementó un horario coordinado con los trenes que arriban y salen a Bartolomé Mitre, que acaso quizás también ayude a explicar el repunte.
Ideas más complejas evaluadas en los últimos años, como una eventual reunificación con el ramal a Bartolomé Mitre o su continuidad tranviaria hacia Puente Saavedra siguiendo la Avenida Maipú, deberán esperar a que dejen de considerarse los terrenos ferroviarios como oportunidades de negocio. Por lo pronto, el servicio del Tren de la Costa atraviesa su mejor momento en más de una década.