La salida de Juan Pablo Piccardo de la presidencia de Subterráneos de Buenos Aires (SBASE) fue vivida como un alivio por parte del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta.
La renuncia de Piccardo, amigo personal de Mauricio Macri, terminó de abrirle las puertas de SBASE al ministro de Desarrollo Urbano y Transporte, Franco Moccia, un dirigente de extrema confianza del Jefe de Gobierno. Desde principios de año, Moccia había montado una virtual intervención de la empresa para resubordinarla al Ministerio y había impulsado a Edgardo Campelo como vicepresidente, ahora interinamente a cargo de Subterráneos.
Desde dentro de SBASE aseguran que Campelo está enfocado en “normalizar” la situación de la empresa y en realizar una gestión “prolija”, en contraste con la herencia de Piccardo. No deben esperarse de su parte anuncios rimbombantes ni movidas publicitarias como las que se habituaban en tiempos de aquella gestión. Para peor, los últimos meses han sido complicados para la red: descarrilamiento en la línea C, espectaculares hechos delictivos, fallas técnicas en formaciones, demoras y la entrada en vigencia del aumento tarifario. A este complejo escenario se sumó, en la última semana, el trágico fallecimiento de un trabajador en el taller Colonia de la línea H.
El “Plan Moccia”
En las últimas semanas fue el propio Moccia quien comenzó a esbozar, muy discretamente, una posible hoja de ruta para el Subte.
En una visita a la obra de la estación Facultad de Derecho, el titular de Desarrollo Urbano y Transporte confirmó que la Ciudad desechó definitivamente el proyecto de llevar la línea H a la Villa 31 y sugirió lineamientos que poco tienen que ver con el PETERS, el estudio de consultoría sobre la extensión de la red que había encargado la gestión de Piccardo, que nunca había considerado en sus modelos el proyecto de la RER del propio gobierno del PRO.
Los objetivos más inmediatos en los que según Moccia trabajará SBASE son, además de la inauguración de Facultad de Derecho y Sáenz, la habilitación de la demorada extensión de la línea E a Retiro, prevista para 2018.
Llamativamente, Moccia volvió a poner en agenda como una de sus prioridades a la línea F, un proyecto que también había despertado el interés de Piccardo (incluso se habían realizado estudios de consultoría para iniciarla), pero que había recibido una fría acogida por parte de Rodríguez Larreta.
Moccia también develó que SBASE trabaja en planear dos nuevas extensiones de trazas existentes: la primera de ellas es una extensión de la línea D desde Catedral a La Boca bajo la avenida Paseo Colón (presumiblemente hasta el Parque Lezama); la segunda es la eventual extensión de la línea E desde Retiro hasta Facultad de Derecho bajo la avenida del Libertador, absorbiendo el trazado que originalmente correspondía a la línea H, que ahora morirá en Facultad de Derecho.
La línea E también sería extendida en el otro extremo, agregando una estación que sirva a la nueva terminal de ómnibus de Soldati, que se construye en terrenos originalmente asignados al Taller Central Mariano Acosta.
En las propuestas de campaña de Rodríguez Larreta para las pasadas elecciones ya no figuraba siquiera la construcción de ninguna línea nueva. Hasta el momento el GCBA se ha centrado en la construcción del Metrobús, presentado no como complento sino como reemplazo del Subte. Las definiciones de Moccia abren una pequeña puerta para que, superada la interna entre el larretismo y Juan Pablo Piccardo, el Subte vuelva a estar en agenda del Gobierno de la Ciudad.