A raíz de la reciente y objetada adquisición de los coches CAF 6000 y 5000 y las consiguientes obras en la línea B para adaptar la infraestructura a los mismos, ha sido puesta en tela de juicio la fluida relación comercial establecida entre SBASE y el Metro de Madrid.
Sabido es que en 2007, como parte de su campaña electoral, Mauricio Macri puso de ejemplo al Metro de la capital española como un modelo a seguir, una especie de brújula que orientaría sus acciones de gobierno en lo que respecta al transporte.
Tales afirmaciones no hicieron más que provocar entusiasmo entre los conocedores de la materia, pues para ese entonces Madrid avanzaba con nuevas líneas e inauguraba impresionantes cantidades de kilómetros de túneles “de un sólo tirón”. Tal es así que el Metro se transformó para el gobernante Partido Popular en una carta de triunfo en repetidas ocasiones para la Comunidad de Madrid.
Envalentonado luego de una gira por España que incluyó citas con Alberto Ruiz-Gallardón y charlas con empresarios, el entonces Jefe de Gobierno electo llegó a prometer inversiones por 7000 millones de pesos (unos 2200 millones de dólares de ese entonces) para ampliar la red. “Madrid amplió en 90 kilómetros sus líneas subterráneas en los últimos tres años, en tanto que en Buenos Aires ese crecimiento apenas alcanza por año a un kilómetro y medio”, había afirmado.
Pero las inversiones nunca llegarían. Al año siguiente, con el advenimiento de la crisis económica internacional, poco de la bonanza española previa quedó en pie.
Lo que pocos saben es que el vínculo entre SBASE y Metro de Madrid es muy anterior a 2007 y, aún, a Mauricio Macri mismo.
EL PRIMER CONTACTO
SBASE y el Metro de Madrid firmaron un primer convenio de asistencia mutua en el año 1985, que fue ampliado y renovado dos años luego, en 1987.
El Metro de Madrid se comprometía a “colaborar en el desarrollo tecnológico del Subterráneo de Buenos Aires” para lo que se establecían una serie de visitas técnicas entre ambos metros. Los proyectos incluían la modernización de las instalaciones de mantenimiento e instalaciones fijas y el estudio de los nodos combinatorios, entre otras cuestiones.
Un testimonio de esta poco conocida temprana relación fue revelada por este medio cuando meses atrás publicábamos que Metro de Madrid le había ofrecido a SBASE -ya en 1987- una partida de coches CAF Serie 5000 de primera subserie, con diez años de servicio, de los que la operadora madrileña quería deshacerse para reemplazarlos por subseries más modernas del mismo modelo. La venta, sin embargo, no prosperó.
En aquel entonces el Metro de Madrid estaba aún lejos de ser considerado un referente mundial en la materia, pero ya se había embarcado en un plan de modernización que sería continuado por las sucesivas administraciones. Es que España, luego de terminada la larga dictadura de Francisco Franco y sobre todo tras consolidar cierta estabilidad política y económica en la década del 80 recibía cuantiosas inversiones externas que la transformaron, como se decía en la prensa de la época, en la “California de Europa”.
Pese a las dificultades económicas, al otro lado del Atlántico, Argentina intentaba delinear ciertos planes de modernización de la infraestructura de transporte. Testimonio de esto son la electrificación del Ferrocarril Roca (iniciada bajo el gobierno militar) y el debut del sistema Premetro en el ámbito del Subte.
Los proyectos de colaboración, como tantos otros, fueron abandonados luego de que la empresa tomara conocimiento de que serían privatizados los servicios que brindaba. El vínculo tardaría años en retomarse y para ese entonces, el Metro de Madrid ya no era el de los 80.
2004: NUEVO ACUERDO
El 11 de mayo de 2004, en presencia del entonces Jefe de Gobierno Aníbal Ibarra y del Alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, se firmó un convenio de colaboración entre Metro de Madrid y SBASE que fue rubricado por los respectivos presidentes de esas compañías, Manuel Melis Maynar y Edgardo Kutner.
El texto del convenio alude al “interés recíproco” en “compartir experiencias [..]y conocimientos adquiridos” y establece la realización de “reuniones periódicas entre los dirigentes de las dos empresas alternativamente en España y en Argentina”, “intercambios de personal”, “visitas técnicas y reuniones de expertos”, y cooperación en materia de señalamiento, material rodante, mantenimiento de material e instalaciones fijas, gestión operativa, monitoreo de condiciones ambientales, entre otros aspectos.
El convenio tenía una vigencia de cinco años desde su firma, pudiendo ser prorrogado de mutuo acuerdo a su vencimiento.
